La mecánica cuántica es una de las ciencias con mayor nivel de éxito. Pero también produce unas paradojas muy complicadas de comprender, si es que eso es posible.
Esa situación se puede explicar de dos maneras. Una, el mundo, al nivel subatómico, es muy complicado, mucho más de lo que nuestra mente puede comprender. O, dos, la mecánica cuántica no habla realmente de cómo es el mundo, sino que habla del observador, de cómo este ve el mundo.
Una posible consecuencia es que, si la mecánica cuántica nos dice, realmente, cómo ve el observador, no cómo es lo observado… ¿no hará igual nuestro cerebro, que también es una herramienta para percibir el mundo, como la mecánica cuántica? Nuestro cerebro almacena datos, percibe de modo emocionado, toma decisiones, planifica, ejecuta procedimientos, todo eso y mucho más. Pero… ¿trabaja con realidades? ¿O es solo percepción? ¿Qué creamos con nuestro cerebro, entonces? ¿La realidad o una imagen de la realidad? Y si es una imagen, ¿cómo de fiel es a la realidad?
Es muy probable que esa sea la cuestión clave, entonces, la de fidelidad, la correspondencia adecuada entre realidad y percepción. ¿Qué razones hay para pensar que nuestro cerebro percibe bien? Al menos una: la supervivencia. Está claro que las funciones básicas, como detectar predadores o recursos, tienen que corresponderse bien con la realidad. Si nuestro cerebro inventara enemigos irreales o recursos fantasmas, perderíamos mucha energía y nuestra especie no habría llegado aquí. Esa es una piedra angular básica, un poco al estilo de Descartes: «Huyo, luego existo». 😛
Pero… pero los humanos hemos desarrollado, muy recientemente, funciones mucho más complejas. Funciones que no ha testeado del todo la evolución biológica. Se supone que son un éxito, porque somos más de 7.000.000.000 de personas… Un éxito reproductivo. ¿Pero es el cerebro una herramienta para el éxito personal, para tener una historia vital plena y satisfactoria? No es para eso para lo que evolucionó el cerebro… Pero ahora es para eso para lo que lo queremos.
Quizá estamos empezando a usar un órgano para una función (felicidad, satisfacción) distinta de lo que era (mera supervivencia). Quizá nuestro cerebro está evolucionando más allá de su función inicial y está desarrollando otra: la de crear la percepción que necesitamos, igual que quizá creamos con la mecánica cuántica un mundo a la medida del observador y no de la realidad observada. Porque hay que recordar que la mecánica cuántica es una creación de nuestra mente…
Quizá esto sea una especie de Matrix, jejeje… En grado diverso. Una gente vería su Matrix más ajustado a la realidad, otra más distante.
¿Tú qué piensas? ¿Lo es? ¿Es el desarrollo personal una manera de liberarse de Matrix? ¿O más bien sería una manera de hacer un buen Matrix en el que alojarse? ¿Qué cápsula tomarías tú?