Esta entrada es bilingüe.
He leído otro artículo de Investigación y Ciencia que me ha interesado. Y van… cientos! Desde luego, si te interesa la ciencia, esa revista es un must. Sus autores Luz E. Tavera-Mendoza, y John H. White, investigan en la Universidad McGill.
La búsqueda de la vitamina D es la búsqueda de la molécula que estaba relacionada con las propiedades antirraquíticas del aceite de hígado de bacalao, o de la piel irradiada con rayos UV. Durante 50 años esa fue la función que pensábamos que tenía. Y nada más. Pero, como pasa con todo, para aprender más se necesita ampliar el enfoque. Y es entonces cuando empezamos a descubrir mucho más de la vitamina D. Desde hace unos 25 años. Especialmente empezó a llamar la atención su potente actividad anticancerígena. Suficiente como para saber más de ella, no?
Se trata de una molécula que sabemos elaborar, pero que también podemos ingerir en la dieta. Todo empieza con el colecalciferol. Esa molécula tiene fórmula química. Emparentada con la del colesterol. Por tanto, es un esteroide (uno de los grupos de lípidos).
En realidad, esa no es la vitamina D. Es la forma llamada D3, fabricada en células de la piel. Para crearse necesita luz solar. O mejor dicho, la luz ultravioleta solar. Pero todavía no es vitamina D. Aún son necesarios una serie de cambios para llegar a serlo. Ella y el ergosterol, que es la molécula vegetal que se parece a la vitamina D y que ingerimos en la comida. Al ergosterol se le conoce también como D2. Esos cambios precisos son dos hidroxilaciones. Es decir, la adición de dos grupos -OH. Y no en cualquier sitio. En dos muy exactos: en los carbonos numerados como 1 y 25. Esos cambios los saben hacer muchos tejidos. Pero sobre todo la piel (las dos hidroxilaciones), el hígado (la hidroxilación en 25) y el riñón (la hidroxilación en 1).
Y ya tenemos 1,25-dihidroxicolecalciferol. Para abreviar, 1,25D. Es su nick. Vitamina D activa para los amigos.
Como puedes ver, la piel es el único órgano que la fabrica de cabo a rabo. Eso tendrá su explicación en unos poquitos párrafos.
La vitamina D es una especie de interruptor genético. Activa y apaga genes. En el fondo, eso la convierte en una hormona. Y lo es porque se trata de una molécula fabricada en un sitio, que viaja a otro, donde ejerce su acción a través de un receptor celular, otra molécula que encaja con ella y que está esperando su llegada para hacer algo. En este caso, el receptor está en el núcleo de las células y se llama RVD (receptor de vitamina D; no se quebraron para ponerle nombre, no). Lo que hace 1,25D es capacitar a RVD para buscar pareja: la molécula RRX (o receptor de ácido retinoico). Juntas se unen a determinados sitios del ADN y hacen que los genes que hay allí se expresen, que se fabrique ARNm a partir de ellos. Y no hay ni uno ni dos genes sensibles a la acción del complejo RVD-RRX. Debe haber unos 1.000. Se trata de uno de los más importantes factores de transcripción (así se llaman quienes se unen al ADN y hacen que los genes se expresen).
Parece que pensar que la vitamina D tiene un papel meramente antirraquítico se queda raquítico. Es mejor ir pensando que debe ser algo más. Y algo bastante gordo. Porque 1.000 genes es algo más del 3% de nuestro genoma.
Lo que se ha hecho es rastrear el ADN en busca de elementos que reconozcan el complejo activador RVD-RRX, llamados elementos de respuesta a la vitamina D (ERVD; ¡¡¡uf!!!, muchos acrónimos, ¿no?). Y haciendo eso se han encontrado varios asociados a genes relacionados con el metabolismo del calcio. Esto era de esperar, dado que el raquitismo es un problema de los huesos. Y a genes implicados en gestión de la energía celular. Y a genes que producían sustancias antibacterianas como defensinas y catelicidina (antibióticos naturales fabricados por nosotros mismos, que somos una farmacia con patas!).
¡Vaya variedad de funciones!
Para más datos, se ha comprobado que cuando una célula de nuestro cuerpo contacta con una bacteria, fabrica mucho RVD. Si uno lo piensa, recuerda cómo a los enfermos, para reponerse mejor, se les saca a pasear un poquito. A que les dé el sol. ¿Será porque la vitamina D se sintetiza entonces en grandes cantidades?
Parece que la vitamina D es muy, muy, muy importante.
Poo otro lado, la vitamina D es un potente anticancerígeno. Se sabe que recibir radiación solar reduce la incidencia de determinados tumores: cáncer oral, de mama y de próstata. Es verdad, aumenta el de piel. Y disminuye otros. La vitamina D parece estar implicada porque un compuesto químico análogo a ella induce el mismo efecto.
Lo mejor, cuando hay tantos datos dispersos, es tratar de integrarlos en una explicación única. Y la evolución es el mejor camino. Tratemos de arrojar luz a tanta idea suelta mediante la evolución.
La vitamina D podría haber evolucionado como antiinflamatorio natural de la piel. Esa función es bastante necesaria en un órgano que está expuesto a tanto ataque externo. Especialmente al ataque del Sol. Tiene sentido que cuanta mayor radiación UV haya más antiinflamatorio se fabrique. La vitamina D sería una defensa para la piel quemada. Pero si se reduce la inflamación, las bacterias lo tienen más fácil. Por tanto, la vitamina D habría terminado por acompañar su función principal de otra secundaria: activar genes contra bacterias. Ya tenemos dos funciones juntas. No está claro cómo encajan en ese modelo el control que ejerce sobre el metabolismo del calcio o sobre el estado energético general de las células. Hace falta más investigación.
Lo que sí sabemos es que hay, en la población mundial de las zonas templadas y frías, un déficit de vitamina D, al menos una parte del año. Y ese déficit, los autores del artículo proponen que se asocia a diversas enfermedades. Especialmente con algunas enfermedades autoinmunes. También asocian ese déficit de vitamina D con el patrón de algunas enfermedades, que brotan en primavera, cuando es menor la concentración de la vitamina, tras un largo invierno y antes de que el verano (más luz, menos ropa y más piel al sol) reponga los niveles.
Pero, claro está, tenemos el miedo al cáncer de piel. Un buen miedo. Un miedo bueno, quiero decir. Con su reverso. Inevitable. Los protectores solares evitan la síntesis del 98% de la vitamina D. Y lo que la dieta suministra es suficiente para no estar enfermo, pero está lejos de lo que se consideraría saludable. Una cosa es la dosis mínima y otra la dosis óptima (que en muchas vitaminas no está bien establecida).
La ingesta de suplementos vitamínicos puede provocar una sobredosis (aunque ya hay que tomar cantidad!; administración diaria de más de 40.000 UI durante periodos prolongados). Sin embargo, la exposición a la luz nunca produce sobredosis porque, aunque promueve la síntesis, también degrada la molécula. Así, se llega a un equilibrio. De todos modos, cuando no hay suficiente luz disponible, las investigaciones apoyan un suplemento vitamínico específico de unas 1.000 UI por día (UI es una unidad para las vitaminas).
De eso hablan en uno de los enlaces que te puse. Que, por cierto, está acompañado de voz. A mí me viene bien leer inglés a la vez que lo oigo. ¿Has probado?
It may be time to increase recommended intakes for vitamin D, which are currently quite conservative. The National Academy of Sciences lists adequate intake of vitamin D at 600 IU per day for adults over 70 and only 200 IU per day in those 50 and younger, well under the level where real cancer prevention benefits seem to start. For most adults, a sensible recommendation would seem to be 1000 IU of vitamin D per day. In those with very low sun exposure or who are more prone to low vitamin D levels (such as, African Americans, the elderly or obese, and those living in northern climes), 1500-2,000 IU per day may even be appropriate.
To reach these levels, most people would need to take a vitamin D supplement regularly, since most foods are relatively low in the vitamin. Fatty fish is one of the best sources, with a serving of salmon containing a little over 350 IU. But, a cup of milk contains an average of only 100 IU of vitamin D. Fortified cereal has only about 40 IU per serving.
A new approach that rethinks restrictions on sun and expands recommendations on intake would most likely be a safe, inexpensive, and easy way to prevent large numbers of cancers.
Hemos elegido esta entrada ya que la vitamina D tiene efectos que la mayoria de las personas desconocemos y son efectos con los que vivimos dia a dia.
La vitamina D se forma en nuestro cuerpo cuando unas sustancias llamadas esteroles que están presentes en muchos alimentos se desplazan hacia la piel y reciben la radiación solar.Las fuentes alimentarias de la vitamida D son principalmente los productos lácteos excepto el queso, yogur y helados.
La vitamida D es necesaria para que el cuerpo absorba normalmente el calcio y fósforo y para la formación de dientes y huesos, aunque tambien se esta descubriendo que tiene otros importantes funciones en el cuerpo humano como :
-Promover el desarrollo de varios tipos de cáncer(colon, ovarios, próstata y seno) y problemas del sistema inmunológico
-El exceso puede causar daños a los riñones, hipercalcemia(elevados niveles de calcio en la sangre), arteriosclerosis, letargia y pérdida de apetito.
-La deficiencia de vitamina D causa también:
Osteoporosis: caracterizada por huesos frágiles.
Osteomalacia: una enfermedad que debilita los huesos en adultos y que es similar al raquitismo.
Uno de los graves problemas que nos afectan actualmente es la falta de exposición al sol pero a la vez una exposicion excesiva puede ser perjudicial para nuestra salud.
Fuentes:http://www.saludparati.com/vitaminad.htm y http://es.wikipedia.org/wiki/Colecalciferol