Y bueno, todo lo que tú dices también. De hecho, nada más levantarte comienzas con una.
Cuando das los buenos días. Porque los días no existen.
Lo correcto sería decir «buen nuevo giro de la Tierra de tal manera que se vuelve a observar el Sol por encima del horizonte». Pero nadie habla así. Aunque sea más exacto. Lo que se dice es «buenos días». Se trata de una mentira, sí, pero funciona. Todo el mundo lo entiende. Y sirve para saludar, que es la idea.
Y eso es lo que yo te cuento. Mentiras que funcionan. Y las mentiras que funcionan se llaman ciencia.
En algunos cursos esas mentiras están más alejadas de la realidad que otras. No porque sean mentiras que no funcionen, sino porque tienen menos detalles. Para comprender mejor lo que se cuenta. Con demasiados detalles sería muy farragoso. Poco a poco, en sucesivos cursos, te aumento el número de detalles y, por tanto, me acerco más a la verdad. Pero es cada vez más complejo. Y ahí está mi objetivo. Llegar a un nivel de complejidad suficiente como para que no esté demasiado lejos de la verdad, pero sin que sea tan detallado que resulte complicado de entender.
Así, lo que te cuento es mentira porque no es la verdad, y nunca lo será. Aunque yo quiera. La ciencia nunca podrá contar la verdad. Sólo una aproximación a la verdad. Porque no puede incluir todos los detalles.
Y, encima, además de ser mentiras, son provisionales. Hasta que alguien encuentre una aproximación mejor, hasta que alguien dé un pasito más hacia la verdad, hasta que alguien encuentre una mentira que funcione mejor. Pero con la certeza de que nunca podrá llegar a la verdad. En la cienca, la verdad completa, absoluta, total, no está.
Hasta la próxima mentira, un saludo con cariño. Que es lo único cierto de este post.
Bien dicho. Un saludo.
Pues tienes toda la razón, y lo curioso es que es algo que a los alumnos les descoloca bastante. Ellos quieren verdades absolutas. El otro día, explicando evolución, les comenté que lo que ahora estabamos viendo es posible que dentro de un tiempo fuera considerado mentira y que a otros alumnos de cursos venideros se les exlicaría de diferente manera, y no daban crédito a porque les explicabamos «mentiras».
¡Hola Sergio y Vicky!
Lo primero, pedir disculpas por el eclipse en «Internet en el Aula». Me quedé sin tiempo y tuve que recortar. De hecho, me he quedado sin tiempo para revisar otros blogs, para leer. Supongo que a todos nos pasa y luego llega la calma. Cosas del final de curso, supongo (bachillerato que acaba antes, cómo lograr que aprueben alumnos que no quieren aprobar… lo de siempre).
Lo segundo. Os propongo que busquemos algún tipo de frase que repitamos con frecuencia. Algo en la línea de lo que dice Vicky. Algo que digamos dos o tres veces por semana. Yo he usado con cierto éxito eso de: «…y por supuesto, todo esto es mentira». Incluso, ya le digo a los alumnos el «…y por supuesto…» y ellos terminan la frase mirándome con cara de: «¡qué pesadez!». Eso se puede completar con algo como «…y esto es lo que sabemos del tema, por ahora». Las empleo en cada clase que me acuerdo. Es que me di cuenta de que la mejor publicidad es, o la muy impactante, o la muy repetida. Y como yo no me veo impactante, pues tengo que ser repetido.
¿Tenéis vosotros alguna sugerencia para ese tipo de frases? ¿Hay otros terrenos en el que empleéis frases reiteradas para enviar un mensaje a los alumnos? ¿Cómo funcionan?