#CiudadEduca21 es un proyecto que nace en #EABE15. Es el resultado de una dinámica muy bien pensada y muy bien implementada por la organización, que reunió en grupos a los participantes en el encuentro. Grupos de gente que no nos conocíamos, grupos de gente que teníamos que empezar a trabajar juntos en un proyecto, que teníamos que coordinar a qué comunicaciones acudíamos de entre todas las que se desarrollaban en el #EABE15 con nuestro proyecto puesto en la mente, y volver con lo aprendido para hacerlo crecer. Un grupo de gente que nos dimos cuenta, en cinco minutos, de todo lo que nos une, sin haber sabido antes los unos de los otros, y que decidimos seguir. Un grupo que quiere ser acogedor y por eso ya supera las dos decenas de personas.
¿Nuestro proyecto? Pretender relacionar lo que aprende el alumnado con qué características debería tener la ciudad del futuro en la que vivirán ellas y ellos, nuestros alumnados. De un futuro más cercano, más lejano… Eso cada cual.
Así, la pregunta es muy sencilla: “¿qué tiene que ver esto que aprendo con cómo es la ciudad del siglo XXI en la que quiero vivir?”. Una pregunta que llama a la acción, claro. Porque ese aprendizaje tiene que servir para que ese pueda resultar más viable llegar a ese rasgo, a esa característica soñada, deseada. Para que se puedan tomar mejores decisiones y emprender acciones adecuadas que den la forma querida al futuro.
¿Te convence la idea? Mira lo que está diciendo la gente que está poniendo en marcha nuestro proyecto, tu proyecto… Mira y pon la misma cara de asombro que pongo yo conforme descubro el talento de gente que no conocía…

Fuente: Creciendo Empresas
De este modo, tanto la gente docente como el sistema educativo manifestaremos nuestra utilidad al alumnado de un modo muy evidente. Más allá de la utilidad individual que puede tener el sistema educativo para la empleabilidad y el emprendizaje personal, sin negarlas, y más allá de la utilidad al desarrollo personal, sin negarlo tampoco, este es un aspecto de desarrollo social.
Nota personal: porque dejar la educación solo para la economía, pudiendo facilitar las tres dimensiones (laboral, personal, social) solo se le ocurriría a un idiota…
Y el proyecto nace desde un planteamiento muy simple: todo la gente docente que está preocupada por lograr el mejor nivel en su trabajo está al 120% ya el 1 de septiembre. Por lo tanto, cualquier proyecto no puede ser una carga adicional, no puede sumarse a lo que ya se hace.
¿Cuál es la solución? Sigue haciendo lo que estés haciendo. Desarrolla lo que querías iniciar, cambia lo que habías pensado modificar, quita lo que no te sumaba. Y simplemente enfoca. Hagas lo que hagas, plantea siempre esta pregunta: ¿en qué modo, esto que aprendes, se relaciona con cómo es la ciudad del siglo XXI en la que quieres vivir? Usa esa ciudad futura como marco para que sucedan los avances del alumnado.
Y, haciéndolo, muestra sus productos. Cuenta a otra gente docente qué respuestas vais ofreciendo en tu aula. A la vez, enriquécete y enriquécelos con lo que en otras se va creando. Usa esa pregunta sobre la ciudad del siglo XXI como puente entre gente diversa y diversas materias. Dispersa por todos los niveles educativos.
Mientras lo haces, aprende. Como docente. Con quien hace con el mismo enfoque que tú. Con quien se hace la misma pregunta. Aprende metodología, aprende tIC, aprende ideas. Y emociónate. Enfádate, alégrate, siente confusión, ten miedo, ayuda, déjate ayudar. Y, haciendo esto, siéntete como tu alumnado. Las mismas sensaciones que tengas aprendiendo aquí son las que tienen ellas y ellos en tu aula… No las rehuyas.
La educación no es evitar el caos, es resolverlo (como oí que dijo George Siemens en una conferencia una vez, y con acierto).
HAZ, PREGUNTA, RESPONDE, APRENDE, ENSEÑA, ACOMPAÑA, PIDE, DA, CUENTA, ESCUCHA…
Cosas como estas son las que convierten la docencia en algo que merece ser vivido intensamente, ¿no?
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