El viento solar es un fenómeno mucho más poderoso de lo que se piensa. Se trata de partículas cargadas, emitidas por el Sol a enormes velocidades (¡hombre, no tan grandes como las de la luz!). Esas partículas pueden golpear las atmósferas de un planeta. Golpear a algo a la velocidad de entre 200 y 900 kilómetros por segundo. ¡Por segundo! Es mucho. Eso puede eliminar los gases de un planeta al que golpee arrastrándolos al espacio.
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¿Y no hay nada que pueda protegernos? Sí. Un campo magnético. Porque las partículas del viento solar están cargadas. Y una carga eléctrica en movimiento genera un campo magnético. Con el que interfiere el campo magnético de un planeta. Y desvía la partícula de su trayectoria. En otras palabras, actúa como un paraguas que desvía las gotas de agua.
¡Hombre! Todas no. Porque el campo magnético tiene un punto débil. Mejor dicho, dos. Los dos polos. Por ahí pueden entrar partículas cargadas y golpear los gases de la atmósfera. Tanto que los hacen brillar. Porque les arrancan electrones (te recuerdo que la luz son electrones de los átomos que pegan saltos).
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Eso es lo que le ha sucedido a la Tierra. Que desarrolló un campo magnético, una magnetosfera, que nos protegió, nos defendió. A la atmósfera, a la hidrósfera, y, por tanto, a la vida. Lo de la atmósfera es evidente. El viento solar puede desnudar a un planeta de sus gases por mero impacto. ¿La hidrósfera? Pues porque evaporarse es más fácil si no hay gases. Un gas pesa y retiene en su sitio las moléculas del líquido. Un líquido, en zonas de más altitud, se evapora más rápido. Porque tiene menos gases encima. ¿Y la vida? Es obvio. Sin hidrosfera líquida no hay (que sepamos) vida. Y sin atmósfera es muy complicado que una hidrosfera aguante.
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¿Y Marte?
Tuvo campo magnético, sí. Hoy no, pero lo tuvo tiempo atrás. Lo sabemos por el estudio del hierro de sus rocas. Pero un campo magnético raro. Lo sabemos porque Sabine Stanley y su equipo han descubierto que sólo los minerales de las rocas del hemisferio sur están fuertemente sometidas a un antiguo campo magnético.
Ten en cuenta que, cuando se forma una roca a partir de un magma, los cristales magnéticos se pueden mover libremente en el seno del fluido, del magma. Y si hay un campo magnético, los orientará como si fueran agujas de una brújula. Cuando el magma se solidifique, las agujas quedan congeladas en la dirección del campo que haya en ese momento. Todas ellas orientadas, todas ellas paralelas. Así, estudiando rocas de diferentes edades se puede seguir la evolución del campo magnético. A esto se le llama paleomagnetismo.
Bueno, pues con esa pinta, el campo magnético de Marte no pudo proteger su tenue atmósfera (Marte, al ser más pequeñito y tener menos gravedad, debió retener menos gases). Así que la hidrosfera de Marte tuvo que ser bastante limitadita la pobre.
Bueno te lo tenia preparado:
Un Video Bueno de Marte.
Interesante tema,algo que he aprendido hoy,nunca te acostarás sin haber aprendido algo
Preparando la clase de mañana sobre tectónica y paleomagnetismo he encontrado este enlace interesante
Interesante la tierra.
Interesante, sí.
No tenía ni idea de que tenías blog alguno, pero creo que me pasaré de vez en cuando para leer tus posts.
Felicidades.
Por cierto, creo que jamás hemos tenido clase juntos… Peor ahs sido muy popular como profesor del Celia Viñas, jaja.
¡Hola Gustavo!
Como siempre, gracias por los enlaces. A los que lean el post les van a ser muy útiles. El segundo, con la evolución del campo magnético a lo largo de cinco siglos, es muy llamativo.
Gracias!!
¡Hola Jesús!
La verdad es me sentí muy bien acogido por el alumnado en el Celia Viñas. Volver allí, después de la experiencia sevillana, estará muy bien. Dentro de un tiempo, que no sé cuánto va a ser. Pero que voy a volver es seguro.
¡Muchas gracias!