Los beneficios de la investigación básica bien explicados

Lo he leído en el blog «La ciencia es la única noticia», del diario Público. Creo que es uno de esos ejemplos, de esos miles de ejemplos, de cómo investigar porque sí mejora la vida de la gente… años después. Pero la mejora.

Lo ha explicado muy bien, en tres partes, Manuel Lozano-Leyva. En la primera cuenta cómo nació una de las instituciones científicas europeas más reputadas: el CERN. De una idea común, de un proyecto que aunara países hacía cinco años enfrentados por la guerra más mortífera de la historia, la Segunda Guerra Mundial. De cómo la ciencia con metas extraordinarias requiere esfuerzos comunes, y de cómo los esfuerzos comunes mejoran la convivencia

Esta primera parte sirve para reflexionar. Individualmente, quiero decir. Si en la sociedad en la que cada uno habita hay conflictos, la resolución de los mismos pasa por acordar metas comunes. Ciencia y economía ya han demostrado eficacia como herramientas de paz. ¿En qué esfuerzos de ese tipo estás participando? ¿Perteneces o te sientes parte de algún proyecto colectivo que esté teniendo lugar en tu sociedad local? La pertenencia a colectivos no excluyentes es beneficiosa para la paz. Y la ciencia, el scire latino, es uno de los colectivos menos excluyentes.

En la segunda parte, comenta Lozano-Leyva, cómo ciencia y economía se retroalimentan. Yo creo que una economía sin ciencia que le dé de comer no es sostenible, no es creíble. La economía sólo avanza con la innovación, la innovación procede del descubrimiento. El PIB crece cuando crece el gasto en ciencia. Y el gasto en ciencia se puede aumentar si contamos con científicos. Los cuales no surgen de la nada, sino de la formación, de la educación. Así, construir un supercolisionador de partículas, un anillo de 27 kilómetros de diámetro que lanza protones a velocidades casi lumínicas para que choquen entre sí, puede hacer que tu vida, en unos años, sea más segura, más placentera, más pacífica, más justa.

En la tercera parte describe con una metáfora preciosa (¡yo soy así de sentimental, qué le vamos a hacer!) lo que quiere hacer el CERN en su último gran avance, el LHC. Y de paso te dice lo que es un hadrón. Que está bien saberlo.

Así que: vis pacem para scire.

Si no está bien declinado el latín, perdón y lo corrijo. Sólo quería decir que Vegecio, y todos lo que piensan hoy como él, en Irak o donde sea, están equivocados. Siempre lo han estado.

Trágicamente.

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