Mmmmmm…
Me he quedado muy preocupado este año después de la experiencia de Proyecto Integrado. Resulta que le proponía al alumnado que durante esa hora semanal buscara interacciones entre las diversas materias, y entre cada materia y su vida, su futuro, su familia, su gente… Y con ello elaborar un proyecto emprendedor sencillo alrededor de una o varias de las ideas captadas. Incluso agrupar proyectos emprendedores de diversa gente en una cadena con significado. Con los criterios de evaluación elaborados por el propio alumnado, personalizados.
¿A que suena chulo? 🙂
Pues no. 🙁
Funcionó, sí. Durante el tiempo en el que yo me encargaba del peso de la dinámica de aula. Y cuanto más directivo era yo, mejor funcionaba. Pero al llegar el momento de ceder el peso al alumnado, el trabajo decayó. Mucho. Muchísimo.
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Joe Nara |
La investigación de las causas fue demoledora. A ellas y ellos no les interesa, para nada, la escuela como lugar de aprendizaje. Más bien es vista como lugar de certificación. Así que buscar interacciones entre asignaturas o currículum escolar con vida-futuro-entorno era percibido una pérdida de tiempo que distraía de la obtención de buenas calificaciones. Exigía estudiar dos veces. Una para el examen, otra para alcanzar conectividad. Especialmente críticos han sido con las ayudas demandadas a algún profesorado de las disciplina para tratar de atisbar la conectividad. Que han oscilado desde el regaño («¡No me interrumpas para preguntar tonterías!») a la sorpresa desconfiada («¿Y tú para qué preguntas eso?») pasando por el desprecio del «no te salgas de tu rol» («Para aprobar el examen, ¿te parece poco?»).
Por ahí tengo el informe final del alumnado de 4ºESO… De su puño y letra, por si alguien no lo cree.
El producto final, al cual había que aplicarle los criterios de evaluación, no parecía especialmente complicado. De cada materia, en cada semana, había que elaborar una diapositiva sencilla, con una idea y sus conexiones. O, si se necesitaba más espacio, un par de ellas. Total, unas 300 diapositivas para todo el año (que teniendo en cuenta que podían copiar…; es más, era obligatorio copiar al menos una cantidad). Con la idea de que, al ser productos digitales, fueran sencillos de compartir entre el alumnado, reutilizables, reelaborables, remezclables. Con la idea de que surgiera inteligencia colectiva y que ésta perdurara más allá del curso, que sobreviviera al año académico y funcionara el siguiente.
¿Resultado? La gente más interesada no llegó a 35. Y la mayoría eran repetición de los contenidos, sin apenas conectividad. Meras descripciones en la línea de recuerda, comprende, repite. Es verdad que, a base de insistencia (de mucha insistencia) evolucionaron, sí. Algunas y algunos. Pero todo el alumnado, sin excepción, quedó muy lejos. Los hubo que, al final, atisbaron lo que esto les podía haber proporcionado. Los hubo que no. Muchos ni siquiera se molestaron en copiarlas (en teoría, luego había que defenderlas, en el proyecto emprendedor; así qe copiar era trabajoso). No se concretó ningún proyecto emprendedor de ninguna clase.
¿Es un fracaso? Noooooo!!!!
No para mí. Posiblemente sí para mi alumnado, pero no para mí. A mí me ha enseñado mucho ese proceso.
Me ha mostrado dónde están los problemas para producir cambios: fundamentalmente en la percepción que tenemos de cuál es el rol del otro en la educación y en las acciones que emprendemos para mantener a ese otro en ese rol.
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Flautista de Hamelín |
Me dice que el cambio educativo se puede poner en marcha individualmente, pero sólo será efectivo cuando converjan diversos actores. Mientras hagamos lo mismo, presionados por otros, y presionemos a otros para que hagan lo mismo, sólo habrá una sucesión de floración y marchitamiento de esfuerzos interesantes y desconectados.
Me ha enseñado que, para que sea posible ese cambio deseado, antes de implementar nada hay que allanar el terreno, partiendo de un buen diagnóstico de las debilidades y fortalezas. Para operar sobre ellas antes de implementar ningún proyecto.
Me ha enseñado que es absolutamente precisa la complicidad de varios agentes educativos. Y que esa complicidad ha de ser lograda uno a uno, y con un proceso que tiende a ser largo.
Me ha enseñado que mostrar el trabajo propio a otros lo mejora mucho y potencia su puesta en marcha en otros lugares, lo que le dota de credibilidad.
Me ha enseñado que no hay recetas, sino investigación del contexto y adaptación al mismo.
¿Fracaso? ¿¿¿Fracaso??? ¡Para nada! ¿Con todo lo que he aprendido…? No, no, no, para nada…
Espero que en los próximos post puedas ver muchas de las cosas que he descubierto y que los pobres resultados de mi alumnado de este año se conviertan en los buenos de los próximos.
Hola, esta narración pide más, es un texto vivo/sentido que para otro docente le debe interesar, al menos a mi me interesaría. Podría ser el inicio de tu material de caso.
Yo le suprimiría información como por ejemplo lo de los proyectos emprendedores, pues era el gran reto en materia académica, pero realmene donde ha estado el reto ha sido en dinamizar una clase trabajndo un curriculum abierto (además de abierto a la vida y a los contenidos currriculares enlatados)
¡Hola César!
Llevas razón. A veces las cosas se mezclan. Los proyectos emprendedores eran sólo un contenedor. El objetivo era abrir el currículum, integrar lo formal, lo no formal y lo informal. Que es la única vía que conozco para hacer presente la vida en la educación y la educación en la vida, una de mi metas profesionales. Voy a preparar un post más a fondo sobre el significado que tiene para mí el currículum abierto y veré la manera de hacer presente explícitamente este principio en las demás iniciativas que se vayan fraguando a lo largo del curso.
Así, el caso sería «Esfuerzos desde diversos frentes para convertir el currículum en abierto».
De esta experiencia vendrían elementos para el caso. Y también de las que se vayan produciendo este año. Creo que ahora ntiendo mejor cuando comentabas que las experiencias de aula se podía reusar para diversos fines sólo cambiando de óptica. Y que sería sensato organizar los casos entorno a principios básicos puestos en marcha en diversas actividades, más que partir de las actividades en sí. Creo… si te entendí bien.