Ronald Reagan tomó posesión, el día 20 de enero de 1981. Pronunció un discurso y en él pronunció una frase.
«El gobierno no es la solución a los problemas. El gobierno es el problema.»
Efectivamente, SU gobierno fue el problema. Desde entonces ha habido tres transferencias de riqueza. Fácilmente medibles. Una, de pobres a ricos. Otra de países pobres a países ricos. Y la tercera, de las generaciones futuras a las generaciones presentes. Oído en el telediario de Gabilondo.
El gobierno de Ronald Reagan creó una ilusión que está pinchada. Se ha acabado la idea de que se puede crecer sin límite. La Segunda Ley de la Termodinámica dice que no. Porque rige los gastos, lo que perdemos. Y contra ella no puede nada la fórmula del interés compuesto, que describe lo que ganamos. Que rige el crecimiento. Ya te decía que lo decía el premio Nobel Frederick Soddy en «Lo que todo árbol sabe de la crisis económica«.
Dentro de unos días será el discurso de investidura de Obama.
Espero de él otra frase. Una capaz de inaugurar otra era. Una en la que sabremos cuál es nuestra cuota de crecimiento y cuánto nos toca a cada uno como mínimo. Por haber nacido, por ser humanos. Porque de esta no salimos sin cambiar. Lo dijo Eduardo Punset y me lo creo.
Los progres que sea autodán la razón habitualmente suelen meter la pata de manera muy característica.
El «government» de la frase de Reagan se traduce a español como «estado». Y, en efecto, el estado y los progres sois un problemón. Fracasáis hasta traduciendo. Por cierto, otra bastante graciosa es la palabra «liberals», que se traduce a la perfección con «progres», menos en El País y demás distraídos de arrogancia infinita.
De veras, para decir las horteradas que dice Zapatero, no te merece la pena el esfuerzo.
¡Hola Unas Risas!
Gracias por tu post y por tu nombre, es muy apropiado. Y gracias por lo de progre. Es algo que me llena de orgullo.
La traducción correcta es la que tú indicas, por lo que mejoras la forma del post y te lo agradezco. Lástima que no hayas sido capaz de llegar al fondo de la cuestión. Quiero decir, lástima que hayas sido incapaz. ¿O sí lo eres? Incluso te concedo la ventaja de los adjetivos. No voy a usarlos y tú eres libre de decir horterada tantas veces como seas capaz. Venga a cuento o (como ahora) no. Yo no necesito adjetivos para hablar de Segunda Ley, de incapacidad de crecimientos indefinidos, de qué es el dinero, de qué es el coeficiente de caja y por qué es una de las raíces del fracaso, de eficiencia en sentido de Pareto, de Paradoja de Arrow y de todos los conceptos que he desarrollado a lo largo de diversas entradas del blog y que sustentan la idea de este post.
Te estoy esperando por aquí para mantener el debate que desees sobre el fondo si te sientes inclinado a ello. ¿Necesitas tiempo para prepararte? El que tú desees. No me importa esperar unas semanas… o meses… o…
Encantado de tu visita.
Se han creado grandes expectativas alrededor de Obama.
El presidente de un país (aunque sea el más poderoso) no puede solucionar todos los problemas, sólo podría hacerlo si él fuera el problema de todos.
Está muy bien que confiemos en los nuevos «aires» que, parece, llegarán de EEUU, pero si somos tan ingenuos para creer que serán la solución a todos los problemas, vamos «arreglaos». Un poco de cautela.
El crecimiento económico está basado en la innata ambición humana, todos queremos más y más y más… (que decía la canción).
Yo, por ahora, me conformo con el Virgencita que me quede como estoy.
Un saludo