La economía es una cien cia limitada. Sirve para lo que sirve, y no sirve para lo que no sirve. El problema es que se está utilizando mal. Como si la economía fuera un sistema de decisiones universal. Y ni lo es ni puede serlo.
Una de las consecuencias más graves es la insostenibilidad que rige el uso de los recursos, con el beneficio como único criterio. Otra de las consecuencias es la desigualdad desatada. Que genera problemas sociales pero también ambientales. Desigualdad que afecta a cuestiones tan básicas como la salud, sin ir más lejos.
Estamos en una crisis que va más allá de lo financiero. Y hay razones que dicen por qué la economía no sirve para salir de ella, razones que atañen a sus insuficiencias como ciencia. O mejor dicho, a sus insuficiencias como tecnología de la decisión.
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Fuente: The 80/20 rule |
4) La economía no atiende lo que no es monetizable (no tiene valor de cambio) por ser insustituible. Es decir, la economía no entiende de lo que no se puede cambiar por dinero. Y hay muchas cosas que no se pueden cambiar por dinero. Porque el dinero es instrumento de cambio. Sirve para comprender cuál es la relación entre peces y libros cuando vas a una tienda. Eso es lo que se llama valor de cambio. Pero ¿qué pasa si algo es insustituible? La economía asume que el valor no es lo mismo que el precio y no le importa. Por lo que esos datos macroeconómicos no nos dicen si estamos perdiendo algo que no podremos recuperar, ni nos indican cómo están evolucionando las relaciones sociales que, a la postre, es lo que importa. Porque la economía no sabe poner precio a un ecosistema o a las relaciones sociales. Y si se dañan pero así se obtiene un beneficio, pues muy bien.
5) La economía, al monetizar mal muchos elementos, no da información de ellos. Y confunde la ausencia de información con valor cero. Así, si hay una crisis en ciernes, no avisa de ella hasta que llega. Y no dicen cómo se abordará. La macroeconomía no está dando suficientes señales de cómo vamos a abordar la triple crisis que nos va a llegar: alimentaria (no disponemos de suelos buenos, que lógicamente ya están ocupados y solo tenemos suelos marginales, de peor calidad, para producir cada vez más comida; ni tecnologías, ya que vivimos de las rentas de la revolución verde, para dar de comer a una población creciente y crecientemente exigente); ambiental (no hace falta comentarla…); energética (fin del petróleo abundante y barato; quizá aún sea abundante, pero no barato; y no están disponibles fuentes de energías que lo puedan suplir por completo, ni lo van a estar en un tiempo). Los datos macroeconómicos no nos dicen si nos estamos preparando suficientemente para eso.
6) La economía no se ocupa de lo abundante, solo de lo escaso. Lo cual quiere decir, aplicado a estos datos macroeconómicos, que vamos a reducir la escasez, pero no a garantizar que los productos sean los adecuados y que lleguen a quien más los necesita. Y también esos datos pueden representar que algo que era abundante ahora es escaso y tenemos que esforzarnos en producirlo. Lo que hace crecer la economía pero disminuir nuestro bienestar. Es curioso que la economía, para crecer, necesita que, primero, haya escasez. Crea los problemas que luego resuelve…
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Fuente: Mayra Falcón |
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Fuente: Sala de Inversión |
Vamos a toda máquina, y con gran eficacia, hacia no se sabe dónde. Porque la economía no lo sabe. No entiende de rumbos, solo de velocidades.