La (mi) tercera cultura

Esta entrada es bilingüe.

Yo trabajo en mis clases de un modo raro. Intentaré explicarme.

Sin saberlo me he inspirado en John Brockman. Porque llevo años pensando que no hay fracciones de saber. Que el saber es único. No se puede trocear y seguir siendo saber. No se puede conocer todo acerca de una vaca e ignorar qué es una vaca.

Así que me fui del relato al diálogo. No entiendo la transmisión de conocimientos sin diálogo. Pero no diálogo con los alumnos (que también). Sino diálogo con los temas. Me explico. Hemos fraccionado tanto el conocimiento que incluso hay temas en los libros. Y se dan unos independientemente de otros. Los alumnos hacen lo que nosotros incentivamos. Hemos acabado uno y pasamos a otro. Y luego a otro. Y olvidamos el anterior. Porque hay que dar nuevos conocimientos. El profesorado se encarga de suministrar esos nuevos conocimientos. Que, por cierto, ya estaban en los libros. ¿El resultado? Nunca entenderé cómo un escritor puede hablar de amor sin saber qué hace el amor en nuestro cerebro. Sin conocer su aspecto adictivo, por ejemplo. O cómo vencer al desamor, si es que se puede. ¿Escribirían mejor? No lo sé. Pero sí sé que tendrían más oportunidades de mejorar si supieran más.

Hace tiempo que renuncié a participar en esa transmisión fraccionada de conocimiento.

Ahora no explico un tema. Ahora he encontrado la manera de explicarlos todos a la vez. Y las interacciones entre ellos. Sencillo. Que mis alumnos elijan diversos temas. Cada uno el que le dé la gana. Y los llevamos todos a la vez, a través de las dudas que van surgiendo. El proceso parece centrado en las dudas. Para el alumno. Que no se apercibe de que lo que realmente sucede es que estoy explicando, junto con las dudas, interacciones. Todo el rato.

Poco a poco el alumnado acumula interacciones. Hasta que hacen masa crítica. Y empiezan a desarrollarlas por sí mismos. A una velocidad asombrosa. O no tanto, si tenemos en cuenta que su cerebro está especializado en aprender. Están en esa fase del desarrollo humano.

No es un proceso transparente. Porque no espero que el alumno entienda lo que estoy haciendo. No lo espero tampoco de los padres. Ni de los compañeros. Me resultó muy llamativo que, cuando empecé a trabajar en mi nuevo instituto alguien (no recuerdo quién) me dijera: «sí, bueno, más o menos lo que hacemos todos». No es transparente, decía. Se hace transparente tras un tiempo.

No se me olvida que el tratamiento de la información parte de un trabajo analítico. De eso encargo al alumnado. No les dejo solos. Les enseño a encontrar ideas, les enseño a tratar la información. Y, si es posible, a usar tales ideas, a aplicarlas. Yo voy por detrás del alumnado, intentando unirlas. A ellos/as les encargo que sepan de las partes de la vaca. Yo me encargo de ayudarles a juntar la vaca.

He tenido dudas. No estaba seguro de si sabía lo que estaba haciendo. Moverse por intuición tiene su puntito de riesgo. Pero acabo de perder la incertidumbre. Después de escuchar a John Brockman. El sí sabe lo que hace. Me fío del él. Más que de mí. Porque yo estoy en el buen camino de casualidad.

Además de enlazar a John Brockman, dejo aquí una cita literal de sus palabras. Para que puedas ejercitar tu inglés. El mismo que a mí me permite recibir lecciones de lo mejorcito. John Brock incluido.

El tenía la respuesta para lo que yo quería hacer. Todos estos años.

Y yo no sabía ni que existía.

Igual que no sé dónde están los que piensan y hacen como yo. Sé que los hay, pero no los localizo. Y no sé dónde buscar.

Around the fifteenth century, the word «humanism» was tied in with the idea of one intellectual whole. A Florentine nobleman knew that to read Dante but ignore science was ridiculous. Leonardo was a great artist, a great scientist, a great technologist. Michelangelo was an even greater artist and engineer. These men were intellectually holistic giants. To them, the idea of embracing humanism while remaining ignorant of the latest scientific and technological achievements would have been incomprehensible. The time has come to reestablish that holistic definition.

In the twentieth century, a period of great scientific advancement, instead of having science and technology at the center of the intellectual world—of having a unity in which scholarship included science and technology along with literature and art—the official culture kicked them out. Traditional humanities scholars looked at science and technology as some sort of technical special product. Elite universities nudged science out of the liberal arts undergraduate curriculum—and out of the minds of many young people, who, as the new academic establishment, so marginalized themselves that they are no longer within shouting distance of the action.

In too much of academia, intellectual debate tends to center on such matters as who was or was not a Stalinist in 1937, or what the sleeping arrangements were for guests at a Bloomsbury weekend in the early part of the twentieth century. This is not to suggest that studying history is a waste of time: History illuminates our origins and keeps us from reinventing the wheel. But the question arises: History of what? Do we want the center of culture to be based on a closed system, a process of text in/text out, and no empirical contact with the real world? One can only marvel at, for example, art critics who know nothing about visual perception; «social constructionist» literary critics uninterested in the human universals documented by anthropologists; opponents of genetically modified foods, additives, and pesticide residues who are ignorant of genetics and evolutionary biology.

4 respuestas a «La (mi) tercera cultura»

  1. Arche

    No me veo con facultades ni conocimiento suficiente como para criticar o juzgar su método de enseñanza, puesto que no soy profesor y ahora mismo estoy demasiado dormido como para poder ponerme a analizar detenidamente mis experiencias y compararlas con el texto. Pero como escribir para nada es tontería, voy a intentar aportar algo con mi experiencia, apoyandome ligeramente en conjeturas. ¡Ojo! ¡Son conjeturas! Que yo crea que son verdad, no quiere decir ni por asomo que lo sean, solo que es lo que yo pienso. ¡Si alguien decide creerme es bajo su responsabilidad!

    Bueno, yo he tenido muchos profesores, y he tenido la gran suerte de tener MUCHOS PROFESORES BUENOS. Podría decir nombres, pero no quiero sonrojar a nadie que pudiera leer mis palabras, ademas, todos sabemos quienes son mis favoritos entre el profesorado. En base a este hecho, puedo hablar de métodos de profesores, y diré que el método de JL, a mi modo de ver no es ni mejor ni peor, es diferente. Sin embargo, también diré que ha sido el mejor profesor de biología que he tenido. NUNCA JAMAS había aprendido tanto sobre biología. Pero realmente no creo que se deba al método, en concreto, puede ser que ayude, pero no creo que sea lo decisivo.

    Tras mucho tiempo de negarme a seguirlo (hice los 9 primeros temas, seguidos, como hubiera hecho con un profesor normal), me decidí a probar su metodo y a partir de ese momento lo seguí, mas que nada por comodidad. Pero creo que la clave de que yo aprendiese tanto usando el método, no es el método en sí, como ya he dicho antes, sino el hecho de que al usar su método, empezé a escuchar a JL, a aprender. Lo que hizo que yo aprendiese, fué que escuché su explicaciones. Es su forma de explicar lo que consigue que yo recuerde las fases del ciclo menstrual o la estructura del sistema inmunológico, quizas no con detalles, pero si fundamentalmente. JL explica de una forma distinta, pero muy eficiente, me recuerda mucho a D. Antonio Carrillo. Te hace vivir lo que esta explicando. Esa, para mi, es la diferencia entre un profesor bueno y uno malo.

    En conclusión, diré que el método me parece distinto, no mejor o peor, tambien diré que hay otros profesores realmente muy buenos, que no siguen este método, a los que les estoy y estaré eternamente agradecido por haberme enseñado todo lo que sé sobre matemáticas o física, por dar 2 ejemplos de profesores que para mí han sido grandes, lo siguen siendo y lo seguiran espero que por mucho tiempo. Por tanto, creo que en último término, no es el método, sino el profesor y el alumno, lo que determina el aprendizaje. Un alumno bueno, motivado, que le gusta la asignatura, escuchará y aprendera muchísimo, el profesor tambien lo es. Si el profesor es mediocre, pasará sin pena ni gloria. Si el profesor es muy bueno, y el alumno es malo, no se interesa en absoluto por la materia, da igual lo brillante que sea el profesor, será como predicar en el desierto.

    Siento si todo esto esta un poco confuso, es tarde y me cuesta un gran esfuerzo ordenar mis ideas, mas en un texto tan largo.

    salu2 y gracias por haberlo leido

    Responder
  2. Eugenio Manuel

    Hola, hay gente a la que le va lo que propones. Viene del resto de Europa. En Inglaterra se viene dando una asignatura hace tiempo en la que se tratan temas generales, por ejemplo, el agua, y ahí das de todo. Se trata de buscar un hilo conductor, la asignatura es muy parecida a la nueva Ciencias para el mundo contemporáneo (de hecho ésta es un poco una copia). Hay un profesor de Cataluña (Aureli Caamaño) vinculado con la revista Alambique muy vinculado a este movimiento. Creo que conservo su correo por ahí.

    A mi el método me parece idóneo a ciertos niveles y en ciertas áreas. En física está bien como cursos introductorios o asignaturas complementarias. El conocimiento de TODO es imposible, cuando uno mira no lo ve todo (no estoy viendo el funcionamiento interno de este ordenador, ni los electrones moviéndose, ni cómo funciona la línea telefónica). Cuando uno quiere entrar en los detalles es inevitable estructurar la materia porque nuestra propia mente tiende a estructurar. En cuarto de eso di primero la cinemátic, luego la dinámica y ahora la energía. Lo típico, sí. Pero llegado a este punto damos un tema de interconexión entre los tres temas para que el alumno entienda que el concepto de «tema» es un concepto de nuestra mente, no de la realidad física. Pobres, mañana tienen un examen y «creen» que les entra los tres temas, lo que le entra es el tema general de mecánica y energía. Todo relacionado. Si a eso le añades el análisis de textos (que no se suele hacer en física) y las experiencias la enseñanza es completa.

    Responder
  3. José Luis Castillo

    Gracias por las pistas. Si encuentro más las iré poniendo aquí. Y contaré cómo me va cuando intente contactar.

    Me han faltado cositas en el método. Como que el número de exámenes es alto para que el alumnado pueda tomárselo como un modo de aprender, y fallar sin problemas, ya que sabe que habrá más oportunidades. Me ha faltado que hay un examen cada 15 días y una serie de rondas al final de curso. Etc. Pero en esencia, ese es el método.

    Responder
  4. Jorge Ordoñez

    Por echar piropos no me pagan, pero me siento en la necesidad de hacer saber que Jose Luis es un profesor increible, una persona que te deja claro desde un principio que tu estas por debajo de él, en lo que en conocimientos se refiere; sabe venderse bien y acaba haciendote creer que tu eres bueno y que él es tu mejor guía. Su forma de dar clase «estruja» de manera eficiente y sin perder tiempo todo lo que puedes dar de si, haciendote ver que la vida es la vida y que no existe particiones de la misma: lo que nos forma es un conjunto ( sabe interaccionar cada cosa de manera que la una no exista sin la otra).

    Su caracter es fuerte aunque a la vez cercano, te da la suficiente libertad como para que sus clases no te preocupen e incluso hacerte ver que la nota, tal vez, no sea lo importante en sus asignaturas. Destacar tambien que la facilidad que te da para aprobar (repetición de examenes, elección del tema a examinar…) es increible aunque no se puede decir que te regale la nota -hay que «currarsela-. «Mentirosillo» como ninguno y me explico: te hace creer que sus clases son improvisadas añadiendo en sus explicaciones ejemplos y «coletillas» dignas del mejor improvisador ( aunque tu y yo sabemos que hay menos improvisación de la que parece, ehhh xDDD)

    Por último, y siempre teniendo en cuenta que es mi opinión personal, decir que el método utilizado por Jose Luis es eficiente como ninguno, me parece una manera de enseñar que a la vez que se aprende, te motiva; te adentra en el tema e incluso en algunos casos te hace llegar a casa coger el ordenador y seguir buscando información del tema dado. Da muchas oportunidades en clase para que puedas añadir tu saber a su explicación, estableciendo un dialogo( profesor-alumno) que facilita el aprendizaje y te hace recordar lo dado.

    PD: esto no ha sido escrito para obtener mejor nota en ICS xDDD yo creo que con el bocadillo de salchichon y queso que te comistes es suficiente para que mi nota llegue al 10 sin mucho esfuerzo xDDD.

    Un saludo 😉

    Responder

Deja un comentario si lo deseas. ¡Y gracias por leer! :)

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.