Esta entrada es bilingüe.
Sesgada quiere decir incompleta, pero con tendencia a que lo incompleto caiga siempre en lo mismo. Es decir, que tenemos información de unas cosas, de unos procesos, de unos fenómenos, y de otros menos.
Por las distancias.
¿Cómo es posible enterarse de procesos tranquilos, que dejan poca huella, que no desprenden grandes energías? Es mucho más difícil. Lo normal es captar con prontitud aquello que produce grandes cambios. Es decir, aquello que pone en juego grandes energías. Por eso el Universo nos parece un lugar terrible. Porque de él nos llega información sesgada. Hacia los procesos más energéticos. Más visibles.
Es el caso de una llamativa oquedad un magnetar, que son los restos de una supernova. Te recuerdo que novas, o supernovas, son estrellas que. llegado un punto, no pueden mantener su producción de fusión nuclear, que es la fuerza que contrarresta la gravedad. Así las cosas. la gravedad provoca una enorme y rápida, rapidísima contracción, de modo que la estrella colapsa. Y en ese momento, reacciones de fusión que no era posible iniciar, gracias a lo enorme del colapso, se ponen en marcha. Resultando ser tan potente la fusión que se produce que la estrella explota. Más (supernova) o menos (nova). Pero explota. Eso sí, deja
un cadáver, unos restos. Las supernovas dejan diversos tipos de cadáveres, diversos tipos de restos. En algunos casos, pocos, esos restos giran muy rápido. Tanto que producen un intenso, intensísimo, campo magnético. Y se llaman magnetares.
Bueno, pues se ha visto un hueco en los restos de explosión que rodean a un magnetar. El pobre se llama SGR 1900+14. No es un nombre bonito. Pero su foto sí me parece preciosa.
Los restos de la explosión deberían ser más o menos uniformes. Pero si en el cadáver estelar pasan cosas después de la explosión, puede que la nube de gases resulte alterada. Y ahora hay que explicar ese hueco.
Bueno, los científicos de la NASA ya han elaborado una teoría al respecto. Que consiste en que estas estrellas parecen tener una capa de hierro externa (fíjate que fusiones tan enormes ha ejecutado que ha fabricado hierro), la cual se ha roto y ha dejado escapar una especie de llamarada. No es realmente una llama, porque no hay oxígeno. Es más bien una emisión de gas o plasma muy caliente. Pero es una emisión rara. Si es una erupción estelar, debería moverse de una determinada manera y emitir una cierta energía. Y no coincide lo que se ve con lo que se esperaba. Así que se puede investigar qué es lo que hay, en qué se diferencia de lo que se pensaba que debería haber, y cómo se tiene que cambiar lo que pensábamos que hacían los magnetares. Que, en realidad, no se sabe mucho. Así que, estudiar este hueco
Probablemente el magnetar, antes de esta mega-super-giga-erupción, haya actuado. Que en él hayan pasado cosas, quiero decir. Pero muchos de esos cambios, más pequeños, con menos energía, no los hemos visto. Sólo hemos visto el final del proceso. Y a base de indicios hay que reconstruir lo que paso.
The stellar corpse, called SGR 1900+14, belongs to a class of objects known as magnetars. These are the cores of massive stars that blew up in supernova explosions, but unlike most other dead stars, they have tremendously strong magnetic fields.
The ring was found serendipitously. «I was flipping through archived Spitzer data and that’s when I noticed SGR 1900+14 was surrounded by a ring we’d never seen before,» says Stefanie Wachter of NASA’s Spitzer Science Center at the California Institute of Technology. «The universe is a big place and weird things can happen!».
Wachter and her colleagues think that the ring, which is unlike anything ever seen before, formed in 1998 when the crusty iron surface of the magnetar cracked and erupted in a giant flare. The blast was so powerful, it ionized Earth’s upper atmosphere and actually overloaded the instruments of several NASA spacecraft.
Researchers believe the magnetar was surrounded by a cloud of dust and the explosion excavated that cloud, leaving an outer, dusty ring. The ring is oblong, with dimensions of about seven by three light-years.
Definitivamente, es casi un milagro saber algo del Universo. Y sabemos mucho. Pero mucho más no lo conocemos.
Todavía.