La evolución no es para mejorar, sino para dejar descendencia

Un ejemplo de que la evolución no es buena es el caso de la evolución inducida por microorganismos patógenos. Que pueden producir enfermedades, vamos. Cuatro son los principales tipos de bichos que nos atacan. Hongos, bacterias, virus y protozoos. ¡Hombre! También hay parasitosis más complejas, provocadas por pluricelulares. Pero esas cuatro clases me interesan especialmente. Porque, como son pequeñitos, ven a la célula con otros ojos. Con los ojos de sus moléculas.

Para un microorganismo patógeno suele ser esencial encontrar una vía de entrada a la célula. Un punto de anclaje para poder fijarse a ella y que no se lo lleve el líquido extracelular. ¿Cómo librarse de una enfermedad? Provocando cambios en ese punto de anclaje, en ese receptor celular para el patógeno. ¿Pero qué pasa si se trata de una proteína con una función importante?

Fácil. Te fastidias.

Así funciona la evolución. Si con un cambio, aunque sea malo, te quitas de enmedio al bichito, aunque pierdas estará bien. Es verdad, se trata de una involución más que de una evolución. Pero es adaptativa. Sirve para sobrevivir hasta tener descendencia. Si a largo plazo te causa un problema, allá tú. Deja descendencia, que es lo que cuenta. Y luego, muérete. Es la forma evolutiva de ver la resistencia a la enfermedad. A esto se le conoce como Ley de Haldane. Empeora para vivir un poco más, lo suficiente para dejar descendencia.

En humanos tenemos múltiples ejemplos. Muchos te los contaba en «Mutaciones pioneras«. Pero, como la mayoría del conocimiento que tenemos de cuestiones evolutivas, se basa en correlaciones estadísticas. En probabilidades. Y es que experimentar con evolución es muy complejo, dados los plazos de tiempo que se requerirían.

C. elegans tomado de explora.cl/exec/noticia/ficha.e3?id=213

Aunque a veces no. A veces se puede.

De hecho, el equipo de Alfonso Navas ha podido. Con Caenorhabditis elegans. Del que ya te hablaba en «A quién le pueden gustar los nematodos«. Resulta que han sometido una población de estos nematodos a una bacteria patógena, Pseudomonas aeruginosa. Y algunos de ellos han terminado por desarrollar mutaciones en algunas proteínas a las que la bacteria se une para, así, poder atacar a las células. Pero, además, las mutaciones les ha producido problemas respiratorios. Así que tenemos los dos elementos. Cambios para eludir al patógeno y enfermedad a cambio.

Con razón tenemos sistema inmune. Porque empeorar para evitar enfermedades no es el mejor remedio.

P. aeruginosa tomado de sciencemusings.com/blog/blogarchive/2005_10_01_blogarchive.html

3 respuestas a «La evolución no es para mejorar, sino para dejar descendencia»

  1. Darkrosalina

    Una entrada interesante, si señor. Esto me recuerda a lo que ocurre en África con la malaria y la anemia falciforme hereditaria. Los que sufren la anemia son más débiles pero no desarrollan la malaria, mientras los sanos mueren al tener los glóbulos rojos listos para ser invadidos por el parásito.

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  2. en_re_do

    Y sin emargo, evolucionar, a veces, dificulta el tener descendencia. El caso humano es paradigmático: la evolución nos llevo a adiquirir un cerebro de gran tamaño lo que, evidentemente, tiene sus ventajas. Pero el canal del parto no evolucionó en la misma medida. Esta desproporción dificulta enormemente el parto y con ello la posibilidad de tener descendencia.

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  3. José Luis Castillo

    ¡Hola En_re_do!

    Como todo, ya sabes, encontró un estado de compromiso, en el que se minimizan los costes y se maximizan los beneficios. Si el diámetro craneal aumentara, el parto sería más peligroso, si disminuyera el parto sería menos peligroso pero dispodríamos de menos corteza asociativa, de menos capacidad de producir comportamientos nuevos y adaptables.

    Y es tremenda una consecuencia de ese cerebro. Si te fijas, el aumento del poder adquisitivo se manifiesta en un desplazamiento de nuestro comportamiento hacia «estrategas de la K», incluso a la no reproducción. Mientras que la pobreza lleva a optar por «estrategias de la r». Incluso tan extremas que ponen en riesgo la salud de poblaciones humanas completas. Nuestra evolución cultural «hacia mejor» entró en conflicto con nuestra evolución biológica. La evolución cultural nos lleva a un estilo de reproducción que difiere del que promueve nuestra evolución biológica. Aquí también tendremos que llegar a un punto de miimización de los costes.

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