Fuente Live Science
La ciencia puede descubrir el mundo físico. O la parte de él que puede medir. Pero no el mundo interior de cada persona. Aún así la ciencia también puede buscar patrones y validarlos mediante diversos experimentos. No basta con uno, claro. Tienen que ser diversas y distintas formas de mirar lo mismo. Si de todas ellas emerge un patrón, entonces tenemos una tendencia.
Pero cada persona tiene su propio mundo interior. Una tendencia no es una ley física. Aplicable a poblaciones, pero no a cada persona individualmente.
Sin embargo, la ciencia indica que parece que hay, al menos, siete factores clave que inciden en la felicidad. De menos a más…
- Asistir a actos culturales, hacer actividad física o pasar tiempo con aficiones o trabajo voluntario que impliquen estar en el exterior de la casa.
- Tener mascota, preferentemente perro o gato.
- Ser agradecido y expresarlo.
- Actuar de manera altruista.
- Mirar al pasado con nostalgia, a través de un filtro que deja pasar solo lo bueno.
- Tener una sexualidad satisfactoria.
- No pretender ser feliz, solo serlo.
Habría que analizar, a partir de esas cuestiones, por qué la gente adulta, que solía ser más feliz que la gente joven, ahora lo es menos. Se ha invertido la tendencia recientemente. Y por qué la gente adulta es cada vez menos feliz desde 1970 hasta hoy.