Hace ya una semana tuvimos una pequeña reunión. Acudimos diversas familias de mi alumnado y yo. Para hablar de qué poder aportar a la educación de sus hijos. Yo ofrecía un punto de partida, como ya te contaba en «Una pregunta para el debate educativo con las familias«. Y hubo grandes aportaciones, como puedes comprobar si lees los comentarios a esa entrada. Para situarte en el contexto, estamos hablando de 1ºESO.
Hoy te traigo un resumen de algunas de las ideas que hubo. Y espero tener la posibilidad de contarte también cómo evolucionan, cómo se van desarrollando, cómo puede tener esto alguna capacidad de convocatoria y de transformación. Al mergen, por supuesto, de las vías institucionales. Porque se trata de una iniciativa de personas de la comunidad educativa.
- Se habló de la carga de trabajo que tiene el alumnado. Se indicaba que quien se esfuerza tiene bastante trabajo acumulado por la suma de lo que se encarga por parte de las diversas materias y que sería bueno que el profesorado supiéramos qué está pidiendo el resto. Tanto para equilibrar como para aprovechar las sinergias. También se hablo de eficiencia y eficacia en el trabajo del alumnado, aclarando que no es lo mismo tiempo invertido en estudio que tiempo efectivo de estudio. Como tutor me planteo buscar formas sencillas, para que el profesorado de mi equipo docente que quiera dar a conocer las tareas que van encargando. Y para facilitar a otros el que conozcan las suyas. Y, con el mismo esfuerzo, habilitar esa información a las familias.
- También se planteó que el aprendizaje fuera lo más vivencial posible. Que estuviera conectado con las cosas que suceden en el mundo y con las cosas que le suceden a las personas implicadas en la educación. Esa idea la recogí para reforzar algo que ya hago, que es intentar establecer relaciones entre mi currículum y el mundo (el general y el particular). Y trataré de llevarla a todo el profesorado que pudiera estar interesado.
- Hablamos de oralidad, de la capacidad del alumnado para contar cosas, para narrarlas, para tomar la iniciativa en la comunicación, para elaborar sus ideas y ponerlas a disposición de otros. También me apunté la idea. Y en este caso sí que detecto una laguna en mi trabajo. La oralidad no es un elemento importante. No todavía. Y no tengo claras las formas de manejarla. Pero sí quiero que lo sea. Porque es una preocupación de la educación pero también porque es una preocupación de las familias de mi alumnado. Así que, desde ya, cualquier ayuda para que pueda gestionar la oralidad será bienvenida. Especialmente en tres aspectos: vocabulario, registros y capacidad de escucha activa. No voy a entrar a detallarte el tema de la jerga adolescente y cómo se empobrece el vocabulario para encajar en el grupo y lograr su aceptación, que seguro que tú eso lo conoces bien. Pero sí quiero emplear esa oralidad para ampliar los registros del adolescente, y que aprenda, haciendo, que ha de comunicarse en función del contexto. También quiero tener en cuenta que la oralidad supone una exposición al juicio del grupo, que suele ser muy cruel. No se me olvida ese aspecto, no. Y me preocupa… Y tampoco se me olvida que otra de las características del cerebro adolescente es
- Me sorprendió mucho cuando surgió una idea inesperada para mí, la de dotar al aprendizaje del alumnado de una estructura permanente, que sustente su futura forma de hacer las cosas. En otras palabras, que el futuro influya en lo que hacemos, y no el pasado. Creo que eso tiene una carga tremendamente significativa, porque significa tanto orientar el aprendizaje hacia las competencias como revisar permanentemente la calidad de esas competencias, su conexión con lo que esté por venir.
Lo que se dijo de la creación de brechas entre el alumnado, en función de su rendimiento, me viene preocupando hace tiempo. En general, usemos la metodología que usemos, el aumento de la distancia entre los que aprenden suficientemente y los que no lo hacen tanto, o no lo hacen en absoluto, se abre inexorablemente. A no ser que intervengamos de un modo muy decidido y sin promesa de éxito alguno.
- También hablamos del ritmo del aprendizaje, de la educación «slow». Solo como un deseo, porque quizá estemos muy atrapados, muy enredados. Es probable que si acertamos con los cambios que hay que introducir, eso redunde en mejores ritmos educativos, sí. Especialmente si logramos introducir un mejor plan de transición entre primaria y secundaria que haga todos los cambios más llevaderos, aunque sean inevitables.
- Y no es pequeña la preocupación de las familias por el uso que el alumnado hace de los ordenadores y de internet. El tema de la identidad digital no es algo trivial, no…
Y buscando priorizar, buscando poner orden en esto, buscando un comienzo, hay tres cosas que podrían venir ya: la información sobre el uso del ordenador e internet y la creación de su identidad digital; el plan de transición; la posible coordinación y visibilidad de las tareas indicadas por el equipo docente.
A ver qué sale… A ver hasta dónde llegamos la gente que queramos, por la sencilla razón de que nos da la gana, jejejeje… 🙂
No sé si te servirá de ayuda querido compañero, pero ahí va mi propuesta.
En mi cole dejamos una parte de la pizarra donde todos los profes que llegan apuntan, o bien un encargado de la clase, todo lo que se manda en el día. Lo llamamos la agenda (nombre obvio).
Así los profes cuando estamos mandando tarea, un examen, un trabajo, estudio… Vemos lo que han tenido, tienen y tendrán los niños y lo tenemos en cuenta en ese mismo momento para dosificar un poco y que no estén tan saturados unas veces y otras de vacaciones.
¿Que quieres hacerlo más tecnológico? Usa un CALENDAR compartido con tu equipo docente. Así lo verán los padres, los niños y los profes.
En cuanto a lo demás, son también inquietudes mías. Si consigues la respuesta… pásamela.
Saluditos.
¡Hola Mar!
Llevas toda la razón. Coordinar al profesorado mediante el alumnado. Hemos puesto un tablón de anuncios y hemos nombrado responsables de cada materia para que incluyan en él qué se ha visto cada día, qué tareas hay y cuándo son los siguientes exámenes.
Me lo apunto y te lo debo! 🙂
¡Un saludo!
Pingback: Tweets that mention Ideas recibidas de las familias y retos para mi trabajo « En buena compañía (blog de tutoría) -- Topsy.com
Cuando hace algunos años se hablaba de escuelas aceleradas, aparece el término de educación slow. Ahora podemos saber que ciertamente la brecha existe y se dará en los estudiantes con distintos rendimientos, en tanto en cuanto no se entienda la excelencia como un servicio de los que más lo necesitan. Podemos volver a confundir los términos y caer en la inequidad, evitanto lo mediocre de nuestras escuelas. Podemos volver a confundir ritmos lentos con falta de fuelle, de esfuerzo y no como aprendizaje profundo y duradero. Podemos resolver el endemoniado ritmo de los colegios que se afanan en ir hasta la Luna en cinco minutos cuando es innecesario, imposible y antes deberían centrarse en los nuevos aprendizajes básicos.
Saludos.
¡Hola Juan!
Y sí, llevas toda la razón. Hay ahí un equilibrio complicado. Introducir metodologías que aspiran a la excelencia abre brechas. Por tanto no pueden ir solas. Pero eso no se está explicando en la formación de la escuela 2.0. Y tampoco se están incluyendo en unas organizaciones, que cada vez son más estáticas, que la evolución procederá de la periferia, de lo anormal. Existen brechas en el alumnado, pero también en el profesorado. Yo espero que los liderazgos que nos traiga el nuevo ROC tengan como objetivos salvar esas brechas, y no por la vía de la homogeneización, sino por la de la evolución.
A ver qué tal…
¡Un saludo y gracias por pasar!
Hola!!!
Soy Cristina Velázquez y quiero invitarlo a que presente su proyecto y su blog en «Tu Blog en mi Blog»
http://www.tublogenmiblog.blogspot.com/
A la fecha, hay más de 400 publicaciones, con contenido educativo,
presentados por sus autores.
Espero que le interese la propuesta de contarnos, a través de una
entrada, acerca de la publicación.
Saludos
Cristina