Golpe por golpe, pero más

Leí en octubre de 2003 el número de Investigación y Ciencia de aquel mes. Y me llamó la atención un experimento realizado por un equipo investigador dirigido por S. Shergill. Iba sobre la percepción de la fuerza ajena y propia. Por cosas de las clases (niños que a veces parecen muy, muy niños) se me hace actual.

Consiste en que un sujeto recibe un golpe mediante un dispositivo que mide exactamente la fuerza aplicada y lo devuelve en dos sitios. El primero, un botón. Presionándolo para medir cuanta fuerza decide aplicar en la respuesta. el segundo, otra persona. Se le indica que golpee a otro participante, con la misma fuerza con la que recibió el golpe y con la misma fuerza con la que apretó el botón.

Ese segundo participante actúa igual sobre el primero, que vuelve a actuar sobre el segundo. Y así sucesivamente.

La experiencia tenía que pararse rápidamente, tras unas pocas rondas, pues los sujetos empezaban a emplearse con contundencia. En concreto, se observó que en cada turno la fuerza del golpe devuelto se incrementaba un 38% en promedio. Tanto al botón como al otro participante.

Hay una explicación. Es la percepción del golpe la que está equivocada. Notamos la fuerza con la que recibimos un golpe más que la fuerza con la que golpeamos. Con lo que la respuesta violenta tiende a ser exagerada. ¿La razón? No se comprende bien, pero parece que tiene que ver con cómo el cerebro gestiona la percepción durante un conflicto físico. La capacidad de predecir los movimientos propios parece que atenúa la percepción, liberando recursos perceptivos para poder prever posibles contragolpes, con lo que no presta suficiente atención a la fuerza que emplea. Sea como sea, el hecho es que subestimamos la fuerza que aplicamos y tendemos a ser injustos en respuestas violentas.

Estamos diseñados para otro entorno. Devolver con más violencia tuvo su utilidad, fue selectivo. Pero hoy es distinto. Hemos cambiado de entorno. Vivimos en un zoológico de piedra, muy juntitos. Y el idiota que diga que la violencia es respuesta en alguna ocasión, además de idiota, miente. La violencia engendra más violencia. Un 38% más. Somos injustos un 38%. Y viene de fábrica.

2 respuestas a «Golpe por golpe, pero más»

  1. juan moreno

    Este caso la verdad lo vivi yo practicamnte en persona, pero no con golpes sino con el deporte yo pienso la la lucha la pelea y el deporte siemrpe an estado ligado los terminos deportivos son terminos e guerra ataque defensa retaguardia…lo vemos cada dia como k deporte como el funtbol se yeban oi en dia mas gente k una pelea en un bar el ser hmano siempre a stad diseñado apra ser el mejor y i para ser le emjor antes abia k pelearse y matar aora ay k studiar mas y pepararse mejor pero.. e ay la cuestion pelandose o imponiendose por la fuerza no es en teoria lo msimo solo cmbia la pluma por la espada las cosencuencias limitarse a ser el emjro a ganr si se devuelve con mas fuerza no es nada fisico sino psicolgino no e sk no sepamos calcular la fuerza sino k ese jlipollas de enfrente no voy a djar k me psiote y ese experimento oodria ser lo mismo en una oficina o en una empresa,espero k puedas responderme a sto jose luis o cualkier otro esperto jjeje un abrazo

    juan moreno losilla

    Responder
  2. Arche

    Juan, deberias corregir los millones de faltas, esto no es el msn xD. Yo te he entendido de milagro, asi que imagínate alguien que no te conoce. Respecto a lo que dices tienes parte de razón. Es la ley de la evolución, el mas fuerte es el que sobrevive. Si estamos en África, no hay mucha comida y yo soy mas fuerte que tú, te quito la comida. Yo sobrevivo y tendre hijos, por lo que mis genes se perpetuarán. Visto de este modo, tiene sentido que fueramos unas bestias salvajes… Pero lo cierto es que solo tiene sentido en el contexto en que lo he puesto, en un contexto en el que existe una fuerte presión selectiva.

    Ese no es caso del ser humano, no existe esa presión selectiva, por tanto los lamentables espectáculos que se ven en las noticias de peleas en la calle o en los campos de fútbol son, como poco, deplorables.

    De todas formas, es obvio que los instintos no cambian porque en los ultimos 4000 años hayamos crecido un poco intelectualmente y mejorado nuestras herramientas. Seguimos siendo animales en el fondo de nuestro ser, por mucho que nos vistamos de éticos y de Ingenieros, no dejamos de tener instintos, la prueba esta en esos crímenes que antes he citado y en cosas menos sangrientas como puede ser la atracción sexual.

    Como muy bien dice Juan, «hemos cambiado la espada por la pluma» es decir, le hemos dado otra dimensión a ese instinto, ahora lo mas importante no es ser el mas fuerte, sino tener éxito, que se consigue de diferentes formas. Al fin y al cabo, nosotros queremos reproducirnos y no vamos dejar que nos levanten a nuestro «ligue» jajajjaja.

    salu2 a todos.

    Responder

Deja un comentario si lo deseas. ¡Y gracias por leer! :)

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.