Desde hace mucho se busca la diferencia entre el ser humano y los animales. En muchos casos se propone la inteligencia, o la risa, o la capacidad de amar. No digo que no. Pero yo creo que si algo nos distingue de verdad es la capacidad de imitar a la Tierra. Somos capaces de sedimentar, de producir magmas y de provocar cambios metamórficos. Somos animales geológicos. Y hemos domesticado el ciclo de las rocas.
Ese ciclo, el de las rocas, es el que sucede cuando en la geosfera, los materiales minerales sufren una serie de cambios. Si sube la temperatura o la presión mucho, la roca se funde, al menos parcialmente. Los átomos que había en la vieja se mezclan y se unen de nuevas formas. Dan nuevas moléculas, nuevos minerales, nuevas rocas. Y como proceden de un fundido les llamamos rocas magmáticas.
Esto también lo sabemos hacer nosotros. Hemos domesticado el fuego y somos capaces de imitar las temperaturas del interior de la Tierra, como en los altos hornos siderúrgicos. O en las fundiciones de vidrio. Para crear magmas a voluntad y convertirlos en acero o vidrio, entre otros muchos materiales. También hemos domesticado la presión. Podemos concentrar mucha carga en un solo punto, como sucede en el yunque de diamante. De esa manera, imitamos al magmatismo. Lo hemos domesticado.
También sabemos aplicar presión y temperatura de formas más suaves, sin que el mineral se llegue a fundir. Como sucede en la Tierra a menos profundidad. De ese modo, sólo algunos de sus átomos cambian de sitio, mientras que otros permanecen. O todos cambian, pero unos primero, otros después. Nunca fundiéndose. Y así se crean minerales nuevos con propiedades nuevas. Imitamos al metamorfismo. También lo hemos domesticado. Como cuando se cuece barro, arcilla, y se obtiene cerámica.
Y, por supuesto, también sabemos hacer lo mismo que hacen agua y aire con las rocas de la superficie. Sabemos romperlas a trozos. Meteorización física. O átomo a átomo. Meteorización química. Y luego sabemos juntar los trozos o los átomos. Sedimentación y cementación. Hemos domesticado la erosión y el cemento. Hemos domesticado los procesos sedimentarios. Por eso vives en una casa. Hecha de cemento.
Definitivamente, hay algunas cuestiones que nos separan de los animales. Sí, somos animales. Pero especiales. Y, entre otras cosas, somos especiales porque hemos domesticado el ciclo de las rocas. Magmatismo, metamorfisco, erosión, sedimentación.
E incluso podemos combinarlos. Acero, formado a partir de un magma, rodeado de cemento como el de las rocas sedimentarias, acompañados de arcilla metamorfizada hasta dar un ladrillo. Una casa y sus vigas, vamos.
Mira tus paredes, tu techo, tu suelo, de otra manera. Disfruta lo que otros animales no tienen.
El control sobre los procesos geológicos que forman y destruyen las rocas.