El éxito del viento (que tendrá que ser en compañía)

Que la energía alternativa tenga éxito crea un problema. Es tanta la energía que se puede producir que no sabemos qué hacer con ella. Ha sido el caso de la energía eólica. Ha sido hace unos días. Y volverá a serlo. Y cada día más. Porque la energía eólica tiene un futuro impresionante. Aunque el presente es extraño y ha generado toda una mitología sobre ella.

Picos y valles tomados de elblogsalmon.com/2007/02/02-como-de-grande-fue-el-apagon-de-ayer

Las energía alternativas basadas en fenómenos geológicos tienen fama de no producir suficiente producción como para cubrir las necesidades. Es radicalmente falso. Su problema no es ese. Su problema es que sufren picos y valles. Son energías intermitentes, dependientes de fenómenos geológicos variables. Y nuestra producción, nuestro sistema económico, nuestra vida cotidiana, actualmente vive de un aporte continuo de energía. Y como no sabemos almacenarla bien, no podemos aprovechar totalmente los picos y en los valles somos deficitarios.

Si supiéramos aprovechar los picos para, además de generar energía, almacenarla, probablemente los valles nos afectarían menos. No tendríamos que recurrir a energías fósiles u otras generadoras de CO2.

Hay planes. Estaría bien que la energía excedente, procedente de la exitosa energía eólica (esa que muchos  gurús de las finanzas pronosticaban como marginal o cara; qué sabrán ellos de ingeniería, si de lo que saben es de economía), que el excedente, digo, vaya a alguna parte.

Atolón eólico artificial tomado de plataformaurbana.cl/archive/2007/10/04/energy-island-almacenando-la-energia-en-el-mar/

Existen dos vías, por ahora, que pueden ser eficientes. Una sería almacenaje de energía potencial gravitatoria en embalses inversos. Consistiría en emplear el exceso de energía para hacer subir agua hasta una presa, y luego dejarla caer para que produzca energía hidroeléctrica. La disponibilidad de agua es una limitación en el interior, salvo en series de pantanos conectados entre sí, que puedan devolver agua desde el más bajo al más alto. Pero en las costas podría valer, siempre que existan fuertes desniveles. No en todas partes es se podría lograr, aunque sitios como Canarias o zonas abruptas de las costas mediterráneas y cantábrica podrían ser favorables. También existen megaproyectos al respecto, como atolones artificiales que bombean agua marina hacia fuera en función de la disponibilidad de viento y luego la dejan entrar, generando mediante turbinas la energía eléctrica. (Por cierto, ¿te recuerda a una mitocondria?).

La segunda vía es un almacenaje difuso. Promover que, durante los picos, múltiples lugares de almacenaje pequeños se pongan en marcha. Cada uno de ellos sería pequeño, pero la suma de todos sería grande, muy grande. ¿Tenemos esa red de baterías? No. Todavía. Pero podríamos tenerla. En un parque de automóviles eléctricos.

¿Lo imaginas? Millones de baterías conectadas a la red absorbiendo el exceso en un momento de gran disponibilidad de viento. Incentivados por un coste barato o nulo.

Pero…

La cuestión es qué sucedería con los automóviles el día que no haya viento. De dónde lograrían la energía necesaria para seguir funcionando. No es un tema fácil. Es ilusionante. Pero está lejos de estar resuelto.

Quizá la energía eólica sea fácil de desplegar, pero es difícil de lograr el 100% de su potencial. Quizá desplegar energía eólica no sea ahora tan importante como crear las condiciones para hacerla eficiente.

El éxito de la energía eólica será en compañía o no será.

5 respuestas a «El éxito del viento (que tendrá que ser en compañía)»

  1. Javier

    ¿Sería posible combinar en una misma explotación la solar y la eólica para suplir la falta de una con la otra?
    Conozco huertos solares muy cercanos a molinos de viento.
    Un saludo

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  2. Spriggan

    Sí, es cierto que desde mi punto de vista el principal problema es el almacenaje. Y las alternativas que propones están bien, desde el punto de vista que se cubren los excedentes haciéndolos útiles, y que su utilización inmediata podría reducir los impactos por contaminación electromagnética que las bastas redes de tensión eléctrica generan. Pero los embalses son una obra de ingeniería a lo grande, y su adaptación al ecosistema sería complicada. Lo de los atolones, piensa en los arrecifes de coral a menudo asociados, o las demás especies de ese delicado ecosistema.

    El potencial de la energía eólica viene determinado por un límite (que no recuerdo exactamente el nombre) pero que sino recuerdo mal, se basa en que por mucho que aumente la velocidad del viento, la turbina no puede generar más electricidad, e incluso, llegada una cierta velocidad el sistema se para evitar daños a la estructura.

    Tiene un potencial considerable, pero no creo que pueda ser una energía generalizada que mantenga nuestra demanda energética.
    Lo de instalar aerogeneradores en el mar abierto, no suena mal, salvo por el pequeño inconveniente de su mantenimiento. Creo que costaría más mantenerlas que el beneficio que producirían.

    Ah por cierto José Luis, si un economista habla de lo caro que puede resultar una obra de ingeniería o el aprovechamiento de un recurso, digo yo que sabrán algo… teniendo en cuenta además, que la economía se basa en (cito textualmente de la entrada interacción entre crisis económica y cambio global): «Como la economía es, fundamentalmente, la elección de qué usos dar, entre las alternativas posibles, a unos recursos escasos, si la economía puede valorar un recurso, es que éste se ha convertido en escaso».

    Salu2. Buena entrada.

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  3. José Luis Castillo

    ¡Hola Javier!

    No sé exactamente en qué relación habías pensado. Yo no la veo clara. Porque de lo que se trata es de consumir excedentes, no de producir más. De hecho, el problema de la eólica puede ser la sobrecapacidad. ¿Por qué veías ventajas en que esté asociada la solar y la eólica a un lugar común?

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  4. José Luis Castillo

    ¡Hola Spriggan!

    Cuando decía atolones no decía atolones reales, sino estructuras artificiales similares a atolones. Que recuerdan a ellos por la forma, no que lo sean realmente.

    Lo que dices respecto al límite es cierto, pero para una turbina. Por eso se instalan decenas o centenares de ellas. Y las cuentas de REE, la empresa que distribuye la electricidad generada en España, dicen que la eólica puede ser una energía realmente eficiente. En Navarra da cuenta de un alto porcentaje del consumo doméstico desde hace tiempo. Además, en uno de los enlaces que proponía hablaba de la relación coste-beneficio. Consúltalo si quieres, pero creo que el coste de instalación quedaba amortizado en cuatro meses de producción, y el de mantenimiento era uno de los menores. Eso sin contar que no producen CO2.

    Y respecto al tema de la economía, fíjate que he dicho «gurús de las finanzas», no de la economía. La economía es la ciencia de lo escaso. Y lo que decide qué es lo escaso es la contabilidad. Esa que habrá que reformar porque no valora bien lo intangible o los costes de oportunidad. La crisis será una oportunidad para refundar la contabilidad, que se basa en supuestos incompletos, muchas veces erróneos.

    Gracias por tu comentario!!

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