Einstein, patos, fiebre

Para empezar este curso, me gustaría un post que demostrara cuál es la línea fundamental que más me preocupa en la educación científica. Las interacciones, las relaciones entre ideas. Y es que los detalles se pierden rápido. Nuestra memoria no está construida para los detalles, no. Lo está para percibir relaciones y recordar panoramas generales.

Y por eso te quería contar hoy cómo está relacionada la Teoría de la Relatividad con la salud. Tampoco esperes nada espectacular, ¿eh? Es sólo que quiero que veas las intrincadas relaciones que un avance científico de principios del siglo XX ha tenido para todo lo que hacemos en nuestra vida.

Verás. El sistema GPS depende de una serie de satélites artificiales que orbitan alrededor de la Tierra. Dice la relatividad que a menor gravedad, el tiempo transcurre más deprisa. Y la altura a la que están, 20.000 Km hace que para ellos pasen los días más rápido que para ti o para mi. En concreto, que sus días sean 38 millonésimas de segundo más breves.

Y tú dirás… «¡Bah! ¿Tanto follón para 38 millonésimas de segundo?» Bueno, verás. Es que la posición de los satélites es vital para que el GPS sitúe bien un punto en la superficie de la Tierra. Como su señal viaja a la velocidad de la luz, que es de 300.000 Km/s, pues resulta que 38 millonésimas producen un error de 11,4 Km. Sólo tienes que hacer una sencilla multiplicación (300.000 Km/s x 0,000038 s) para verificarlo. ¿Qué, sigues diciendo «¡Bah»!? ¿A que no? 🙂

Sin la Teoría de la Relatividad, que calcula con precisión cuánto varía el tiempo para un satélite que está a 20.000 Km, no tendríamos GPS.

Y una de las cosas en las que se está empleando el GPS es en el seguimiento de aves. Especialmente patos. Y es que las aves y los insectos son responsables de muchas enfermedades contagiosas. En el caso de los patos, transmiten la gripe. En función de las lluvias que ha habido en el año, de las prácticas agrícolas de un lugar, y de seguimientos de individuos marcados, se puede comprobar en qué zonas están esos patos, hacia que otras zonas es probable que migren, y así realizar un seguimiento más estricto y puntual de la enfermedad que les acompaña. Al menos, esto es lo que hacen Xianming Xiao y su equipo, del Centro de Análisis Espacial de la Universidad de Oklahoma.

Relatividad, satélites, seguimiento de animales que transmiten enfermedades… No, no creo que Einstein tuviera en la cabeza esto cuando investigó. Ni él ni nadie. Pero ha surgido de su trabajo. Y puede ser muy importante para mucha gente predecir la evolución de una enfermedad como la gripe, que genera tantas pérdidas económicas (fundamentalmente por absentismo laboral, pero también por atención médica directa) y mata a tanta gente (aunque sea una enfermedad leve, cada año produce más muertes que muchas otras más graves, entre 250.000 y 500.000). No olvides esto la próxima vez que pienses que recortar dinero de investigación científica y de educación es una buena idea.

Y, por favor, recuerda. El mundo está lleno de relaciones por descubrir. Podemos centrarnos en los detalles de las cosas, sí. En saber más de cada objeto, de cada proceso, de cada idea. Pero no podemos olvidar que el verdadero conocimiento procede de comprender cómo unos influyen en otros.

7 respuestas a «Einstein, patos, fiebre»

  1. Pingback: Tweets that mention Blog de José Luis Castillo » Einstein, patos, fiebre -- Topsy.com

  2. Javier

    Últimamente hay una cierta tendencia – acertada – de «relativizar» la ciencia para poder acercarla a los más profanos: comparando con cosas triviales, enseñando cómo es importante en las cosas más cotidianas…
    Sólo te puedo decir: GRACIAS

    Un saludo

    Responder
    • José Luis Castillo

      ¡Hola Javier (historiasdelahistoria)!

      En mi caso se trata de un esfuerzo consciente (bueno, a veces… 😉 ) de tratar de llegar a los muy diversos usuarios de la ciencia. Es que habitualmente se asocia ciencia y científico. Y yo eso no me lo creo. Alguien que conduce un camión hace un uso enorme de muchos aspectos de la ciencia y puede estar interesados en ellos, sin querer, ni lo más mínimo, ser científico. Creo que hay que ir generando mensajes a toda esa diversidad de usuarios.

      O al menos lo intento… 🙂

      ¡Un saludo!

      Responder
  3. ipradana

    Yo también soy profesora, de lengua y literatura, y hace unos meses descubrí tu blog. En un principio me sirvió de inspiración para preparar el mío propio y darle un enfoque nuevo a mis clases.
    Hoy al leer este post he pensado que estaría muy bien que mis alumnos, poco interesados por la ciencia y la lectura en general, lo leyesen. Por ello te pido permiso para utilizar tu artículo, y otros si te parece bien, en mis clases, de modo que con la excusa de trabajar un texto puedan aprender, y espero que disfrutar tanto de la lectura como de la ciencia.
    En cualquier caso, gracias, aprendo mucho contigo.
    Por cierto, me sumo al debate sobre la evaluación.

    Responder
    • José Luis Castillo

      ¡Hola Ipradana!

      ¿Permiso? No, no, por dios… Todo lo que está en la red que yo haya escrito está a tu disposición desde el mismo momento en que aparece. ¿Cómo no colaborar con alguien que tiene como meta el servicio público, como te ocurre a ti? De hecho, es un HONOR! 🙂

      Gracias por tu comentario.

      ¡Un saludo!

      Responder

Deja un comentario si lo deseas. ¡Y gracias por leer! :)

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.