Realmente tenemos dos cerebros. Hay uno encargado de las neuronas que hacen sinapsis. Lo que clásicamente llamamos sistema nervioso. Con el encéfalo a la cabeza, nunca mejor dicho. Y hay otro que se ocupa de la secreción de hormonas, de producirlas y regular las que otros sitios produzcan. Del sistema endocrino. Y aquí está la hipófisis dirigiendo.
En realidad la hipófisis no está anatómicamente separada, es parte del diencéfalo. Pero sí es verdad que tiene una función tan específica que la podemos mirar como un cerebro aparte.
Y esa forma de mirar me tiene que llevar a una pregunta. Si hay dos cerebros, al menos funcionalmente separados, alguien tiene que encargarse de coordinarlos, de acoplar sistema nervioso y sistema endocrino. Alguien tiene que conectar encéfalo e hipófisis. Y ese alguien es el hipotálamo, por el que me preguntaba Ignacia. La conexión se llama eje hipotálamo-hipófisis.
Ma? que hacer una lista exhaustiva de las funciones del hipotálamo, puede merecer la pena explorar las consecuencias de que el sistema nervioso y el endocrino estén integrados. El sistema endocrino es el verdadero regulador, a largo plazo, de cuerpo. Con un objetivo: la homeostasis. Es decir, el mantenimiento (o restauración, si es que se han perdido) de las condiciones idóneas para el buen funcionamiento de las células, los tejidos, los órganos, los sistemas del cuerpo. Es lógico que el hipotálamo intervenga en el control del hambre y de la saciedad. Porque comer es nuestro modo de obtener energía. Que es lo que necesitamos para lograr la homeostasis. Y también es lógico que el hipotálamo regule la temperatura corporal. Si ha habido exceso de comida, de alguna manera hay que eliminar la energía sobrante, y una posibilidad es desviar esa energía hacia el tejido adiposo pardo, que sabe cómo convertirla en calor. Eso lo controla la hipófisis, influida a su vez por la leptina.
Pero no sólo eso. La homeostasis puede ser difícil de lograr. Y para vencer esa dificultad puede ser necesario esfuerzo y sacrificio. De ese modo, debe existir una conexión entre hipotálamo y los mecanismos encargados de la motivación, de la emoción, del placer. Es decir, el sistema límbico. Es lógico que busquemos aquello que nos produzca mayor bienestar a corto plazo. Eso sabemos hacerlo. Y con el hipotálamo sabemos decirle a esos centros nerviosos que también existe el bienestar a largo plazo. Aunque, a corto pueda ser desagradable. Porque la homeostasis es el verdadero objetivo.
A su vez, no es la misma homeostasis la que se requiere en situación de ataque, huida, miedo, etc., que cuando se está relajado. Por tanto, el sistema límbico también da órdenes al hipotálamo. Y esto es importante. Porque si esas órdenes están mal dadas (p.ej., situaciones patológicas de estrés), el punto de homeostasis se elegirá mal. Esta es una vía por la que la psicología del invididuo puede influir en su fisiología. Para bien y para mal. Especialmente en su estado inmunitario, en su actividad cardiovascular, etc.
Muchas frases como «pensar postivamente», «morirse de un disgusto», «enfermar de pena», etc., adquieren sentido cuando se observa la integración del hipotálamo dentro del sistema límbico, y su conexión con la hipófisis.
Pero hay más. La reproducción es una cuestión que requiere cierta preparación del cuerpo, como sucede en el ciclo ovárico y en el ciclo uterino. Así, está regulada por la hipófisis. Pero, lógicamente, una actividad tan cara, y que requiere de un buen estado energético, debe estar regulada también por el hipotálamo. Que lo hace a través de la captación del nivel de hormonas foliculares en sangre.
Muy buena explicación, José Luis. También el blog. Creo que puede interesarte (si no la conoces ya) esta historia sobre una neurobióloga que sufrió un shock cerebral y una vez recuperada explicó su expercia en términos de lateralidad (aunque también de metafísica). Es un poco americano todo pero en algunos puntos está bastante bien.
Saludos
😉 disculpa, la entrada: http://www.dreig.eu/caparazon/2008/03/21/relato-de-una-neurobiologa-acerca-de-su-propio-aneurisma-conclusiones-existenciales-energia/
Saludos otra vez.
Gracias por el enlace, dreig. Y por el comentario. Lo que más me gusta de la experiencia de escribir en un blog cuestiones para los alumnos es la gente a la que vas conociendo a través de sus blog. Y la sensación más frustrante es la de no tener tiempo para visitar con asiduidad todo lo que gusta. El tuyo es uno de los que más. ¡Sé que llegarán las vacaciones y con ellas el tiempo, además de la playa, las cañitas…! Quien pueda, que se pase por el enlace. Y que vea el vídeo, no sólo el texto.
Me gusta el blog. Se te entiende todo. Es curioso que la influencia de la esfera psíquica en la fisiología sea tan intuitiva, reconocida desde antiguo y haya dejado abundante huella en el lenguaje popular, mientras que para el pensamiento científico más rancio haya sido como las uvas verdes que despreciaba porque no conseguía alcanzar (¿estoy llamando zorra a la ciencia oficial? huy! bueno, a veces un poso sí). Vamos que las emociones han sido yuyu, cosa de las mujeres…hasta que empezamos a vislumbrar su integración con otros niveles de control, su papel clave en la toma de decisiones, en la supervivencia, en la evolución. ¿imagináis una decisión mínimamente compleja que tuviera que basarse únicamente en sopesar racionalmente pros y contras? se nos come el depredador mientras.
¡Muchas gracias, wapísima!
Para la gente que lea esto, tiene truco. Es mi hermana. Y por cierto, es la lista de la familia. Si ella dice que está bien, estoy contento.
Y creo que está bien eso que comentas. A la emoción hay que darle el peso que tiene, que es mucho. Tanto que, por mucho que racionalicemos, habitualmente hay que hacer esfuerzos por controlarlas. Sólo se logra después de entrenamiento. Y no siempre. Tú lo sabes bien, que me conoces y sabes que me dejo llevar por emociones con frecuencia.
El racionalismo está bien, pero no es real. No del todo. No solo.
Así que, una emoción. ¡Te quiero mucho, wapísima! 😀
Aquí podríamos entrar en el terreno de la filosofía, con la critica a metafísica tradicional de Nieztsche, el famoso «error dogmático». Pero creo que no merece la pena, todos sabemos que por mucho que nos entrenemos, por muy sesudos que queramos ser, hay cosas de las que es imposiblke escapar: El amor, el sufrimiento, la risa… Somos humanos, que no dioses, es normal que tengas esos «defectillos» que se llaman sensaciones o a veces, instintos.
Encantado de conocer a la hermana de JL
salu2^^
Ame tu blog… Realmente increible….
¡Hola Micaela!
Cuánto bonito comprimido en tan pocas palabras!!!! Muchas gracias!!! 🙂
hola mira te queria pedir el favor para ver si me enviabas todo lo relacionado con obesidad, leptina y tejido adiposo. debido a que tengo que hacer un ensayo y hay poco material en internet y es muuy confuso, por eso te pedia material entendible para relizar este trabajo.