Es curioso. Las plantas se vuelven locas por el nitróngeno. Cuando hay nitrógeno, cualquier autótrofo fotosintético, y las plantas lo son, crece estupendamente. Y cuando hay fósforo. Pero hoy me preocupa el nitrógeno.
Sin embargo, los animales desechamos nitrógeno. Y hemos construido todo un órgano para él, para eliminarlo. El riñón. La nefrona, en realidad, que el riñón está hecho de muchas nefronas.
¿Cómo es posible tanta disparidad? Fíjate que el nitrógeno, en su forma biológicamente utilizable, el ion amonio, NH4+, es muy soluble, y muy tóxico. Especialmente para las neuronas. Por razones más largo de explicar que de matarte. De hecho, la muerte sobreviene muy poco después de que el riñón deje de funcionar. Horas practicamente. ¿Por qué producimos amonio? Tiene que haber una razón muy poderosa para fabricar un veneno tan potente y gastar tanta agua en eliminarlo. Tiene que haber una razón muy poderosa para eliminar un nutriente importante.
Tiene que ver con una cuestión de buscar el mínimo gasto.
Para guardar nitrógeno, habría que guardar aminoácidos. Que es la forma en la que el nitrógeno se usa. Pero los aminoácidos plantean un grave problema a las células: presión osmótica. Si guardo muchos aminoácidos la célula hará entrar mucha agua para equilibrar la concentración entre fuera y dentro. Y estallará. Mala idea. Pero cabría una alternativa. Guardar los aminoácidos unidos. Porque mil moléculas juntas, o dos mil, o doscientas mil, si están juntas, unidas entre sí, ejercen tanta presión osmótica como una sola. Así que podríamos guardar los aminoácidos como proteínas, que son unión de moléculas.
Pero resulta que también es una mala idea. Porque las proteínas contienen mucho carbono. Carbono que queda inutilizado sólo para guardar nitrógeno. Te recuerdo que nosotros obtenemos energía de cadenas de carbono. Cortas, y con grupos -OH, como los glúcidos, o largas, y sin -OH, como los lípidos. Así, todo ese carbono que podría servirnos para ejecutar las funciones de la vida (reproducirnos, relacionarnos, buscar más comida) queda bloqueado al servicio del nitrógeno.
Que, por otra parte, es fácil de ingerir. Cuando comemos, básicamente comemos carbono. En forma de glúcidos, de lípidos y de proteínas. Pero las proteínas traen nitrógeno. Así que, cuando comemos, le metemos al cuerpo suficiente nitrógeno. Como de todas maneras, cada día necesitamos carbono, cada día tomamos nitrógeno. Queramos o no. Así, no hay necesidad de guardarlo. El carbono, para nosotros, tiene más valor. El nitrógeno, cada día nos sobra un poquito.
Las plantas, te recuerdo, eran al revés. El nitrógeno le resulta más complicado de obtener que el carbono.
¿Y qué hacemos con el nitrógeno que nos sobra? Lo orinamos. O lo sudamos, que es casi lo mismo. Y no todos los animales orinamos igual, que depende mucho de cuánta agua tengamos a nuestra disposición, Pero eso es otra historia.
Para poder orinarlo, primero hay que arrancárselo a los aminoácidos. Que tienen al nitrógeno en el grupo amino. Así que hay que quitarles el grupo amino. Hay que desaminarlos. Para que me queden sólo los carbonos del aminoácido, los cuales los puedo convertir en algo parecido a glúcidos y usarlos como fuente de energía. Se trata de los cuerpos cetónicos o cetoácidos. Con el pequeño problema de que también son tóxicos, por lo que no conviene abusar de esta ruta metabólica para obtener energía. No pasa nada si vamos quitando el amino poco a poco, todos los días el que sobra. Pero usar a fondo esta ruta no es una buena idea. Es más una vía para reciclar carbono poco a poco que una buena ruta para lograr grandes cantidades de energía. En condiciones de urgencia (si no hay glúcidos) puede funcionar, pero tiene se cobra un precio en salud. Por eso hay que desaminar todos los días. Poco a poco, sin acumular.
¿Tirar todo el nitrógeno? Bueno, todo no. Puede ocurrir que tengamos demasiados aminoácidos de una clase y nos falten de otra. Entonces, en vez de desaminar, transaminamos. Es decir, le quitamos el grupo amino a los aminoácidos que no necesitamos, y se lo pasamos a otras moléculas para fabricar los que sí necesitamos.
Al final, después de todo, te dejo al grupo amino quitado. Disuelto en la sangre. Y vuelvo al principio. Hay que eliminarlo y rápido. Con agua. Con poca o mucha, eso depende.
A lo largo de esta semana te lo cuento.
entonces tenemos que mear en los arboles o no? 😛
y entonces los abonos de las plantas se que son nitrogenados pero en que forma suelen venir?
«Tenemos que» es un imperativo. No veo la razón para ordenar a la gente que orine en los árboles. Y no veo la razón para hacerlo en los árboles y no en los matorrales o en las hierbas. También tienen derecho a su ración de tu orina.
Desde luego, la orina puede ser un abono. En algunos lugares todavía se emplean con ese fin los purines.
Si estás interesado, puedo ir preparando una entrada sobre abonos. Tendrás que esperar un poco a que yo aprenda de eso y te pueda contar.
Un saludo.