Dando la nota en diciembre

BalancePues toca hacer balance… Ya te avanzo que este post tiene unas 2.750 palabras. Por si te lo quieres ahorrar. Pero si quieres seguir por aquí, a ver si el uso de la negrilla te ayuda a leer este tocho…

Y hay cosas buenas, muy buenas y otras malas. Iba a poner «otras que no tanto», pero es que son malas… Bueno, no tanto. Son malas provisionalmente.

Para empezar, lo malo.

  1. El coste que requiere el cambio de enfoque al alumnado. Muchísimo. Y a sus familias también. Ya sabes, yo les pedía que pasaran a un papel de creador de contenidos. Que construyeran su conocimiento. Pero no desde cero, no. A partir de información que yo les suministraba y que podían encontrar en internet (preferentemente) o en los libros de texto (muy poco usados, muy poco útiles). ¿Y cómo se construye el conocimiento? Pues relacionando, que es el trabajo de las neuronas, claro. Relacionando con otras ideas, relacionando con sus vivencias y sus preocupaciones. Y no han sido realmente capaces… todavía. Si hay indicios de que puede ir muy bien, pero no es realista pedir que esto funcione en el primer trimestre, no…
  2. Otra cosa mala. Montar el PLE de cada alumno y alumna. Que consistía en usar Google docs para elaborar y Blogger para presentar, como portafolio. Y resulta que lleva mucho más tiempo del previsto. Y no es una cuestión técnica, no. Es que tienen que descubrir qué tienen que hacer con la herramienta. Han tardado dos meses. Pero sí hay una mayoría que ya lo ha logrado. Y que comienzan a demandar nuevas herramientas: p.ej., para mapas mentales, como CMapTools (que ha dejado de gustarme por lo lento que va cuando se trabaja en colaborativo) o Mindomo (mucho más ágil). Pero, yendo a lo que iba, que montar el PLE del alumnado no es algo de un día para otro, no.
  3. La parte técnica ha dado algunos problemas. La conexión a internet no ha estado plenamente operativa hasta un mes después de comenzar las clases. También hay algún alumnado que no dispone de su ordenador por averías, aunque eso ha quedado cubierto por ser centro tIC (aunque levemente tIC, en realidad). Las pizarras digitales han tardado bastante en estar listas. No es que sean un elemento básico de mi trabajo (focalizan la atención de un grupo en un punto y en un momento, y yo no trabajo así). Pero ayudan bastante cuando se trata de explicar cosas técnicas, de uso de la web 2.0.
  4. El fracaso escolar en la primera evaluación no empeora (esa es una buena noticia), pero tampoco mejora (esa es una mala noticia). Que no es que sea mayor, no. Que es igual. Es decir que la metodología no cambia las cosas… todavía. Y es que creo que aquellas y aquellos con más historial de suspensos son aquellos y aquellas a las que más les cuesta aprender de otro modo. ¡Son los que más reclaman volver a un sistema memorístico, de examen y se acabó! Y es que llevan un déficit de aprendizaje importante y arrancar les cuesta un mundo.
  5. Relacionado con lo anterior, la práctica ausencia del enfoque competencial. Porque claro, si el cambio de enfoque les pide mirar los contenidos buscando relaciones entre ellos y con un contexto, y eso no lo han alcanzado, la adquisición de competencias no existe. Pero no porque se haya fracasado en ello, no. Porque aún no ha llegado. Porque siguen concentrados en aprender primero contenidos y luego relaciones, sin descubrir aún que son dos aspectos simultáneos (aunque pedirles esto a alumnado, y pedírselo ya, cuando hay muchísimo, pero muchísimo profesorado, que todavía no lo entiende, y que no va camino de entenderlo, a base de decir que primero es el contenido y luego la relación, pues…).
  6. Los picos de trabajo. Yo quería (y sigo queriendo) que la carga de trabajo sea más bien plana, constante. Pero no. Como el alumnado tardó en cambiar de mentalidad, también tardó en elaborar su portafolio. Eso hizo que todo el trabajo se acumulara al final. Aunque cómo lo he resuelto está en lo positivo, jejeje… Ahora te lo cuento.
  7. La participación del alumnado y las familias en la evaluación. No están acostumbrados, no hacen uso apenas de ello. Tampoco se han llegado a dar cuenta de que hay dos evaluaciones: una enfocada hacia el error como valor (no cometerlo, no, sino arreglarlo) y otra enfocada hacia el acierto. Pero su participación ha sido prácticamente nula. No ha habido apenas cambio de mentalidad aquí.
Aislado
Fuente: Vuelta al mundo

Resumiendo. Que todo va más lento de lo previsto, de lo deseable. ¿Causas últimas? Pues una, trabajar solo, aislado de la acción docente de mis compañeros influye, sin duda. No es que no haya nadie para colaborar, no. Sí los hay (minoría, pero sí). Es que no tenemos estructuras, organización para ello. Otra, que alumnado y familias tienen un concepto previo de escuela en el que predomina escucha-memoriza-repite-acierta, y que choca con explora-selecciona-relaciona-piensa-cuenta también es importante. No porque presenten resistencias, no (ahora te contaré que es justo al contrario). Sino porque cuesta bastante cambiar de mentalidad. La última, el desconocimiento de la administración (brutal) que plantea un sistema nuevo (competencial y colaborativo) que convive, que usa, estructuras antiguas. Alguno/a/os/as, en servicios centrales, encargados del escenario legislativo y organizativo, no han entendido nada. O viven en los mundos de Yupi. O las dos cosas.

Creo que los procesos se toman su tiempo y acelerarlos es complejo. Al menos en primera instancia. Es posible que el curso que viene, con el camino trillado pueda ir algo más fluido. Pero la realidad es que estamos donde yo quería estar a finales de octubre…

Esto es un poco como una travesía del desierto, la verdad. Ganar unos pocos metros al día ya es un éxito.

Ahora lo bueno… Que hay y mucho.

Lo malo se centraba en lo organizativo y en lo técnico, y en el cambio de mentalidad. Lo bueno en lo emocional. Y es bestial. Eso da muchas esperanzas, sí… Bueno, y algunas cuestiones técnicas muy relevante, creo.

  1. Las ganas y la ilusión. De familias y de alumnado. En cuanto se les oferta algo que intuyen que es bueno lo aceptan. Siempre hay quien no lo tiene claro, claro. Pero, en general, el ambiente ha sido muy favorable, con mucha confianza. Eso es algo que me sorprende en un cambio tan radical. Bueno, quizá no tan radical porque ya sabían de mí, ya tengo fama de «raro» pero de eficiente. Y ese prestigio previo ayuda a que te concedan esas ganas. Espero no malgastarlo, no perderlo. La verdad es que ayuda pasar de un sistema de trabajo que, básicamente, les pide acertar a otro, que básicamente les pide que muestren sus errores para que les pueda acompañar, pues ilusiona. Se quitan presión de resultados y esa presión se traslada a los procesos, que es algo que está más bajo su control. No toda la gente, no. Digamos que un 75%.
  2. La evaluación como orientadora del trabajo diario. Es cierto que el alumnado, al principio está muy pendiente de qué obtiene en la evaluación y trabaja para ella. Pero eso se cae rápidamente cuando se dan cuenta de que no saben qué es acertar. De que acertar no forma parte de la evaluación en un primero momento. De que lo que se les pide es que exploren ideas, relaciones, contextos. Y acertar es algo que sucede como consecuencia de esa exploración, bien porque lo logren de primeras, bien porque sepan cómo lograrlo a partir de errores. Efectivamente, la evaluación ha estado centrada en poner en marcha procesos y orientarlos hacia la calidad. Se ha producido cada día, acordando una meta a una hora vista. Y ha hecho que una gran parte del alumnado trabaje en las clases. Solo en segundo lugar, después de los procesos, ha existido una evaluación de productos. Que sucede en los blogs, mediante comentarios. Y que, por cierto, no ha servido todavía para lograr trabajo diario en ningún caso. Así, tenemos evaluación centrada en el error como valor y evaluación centrada en el acierto como valor. Las dos son necesarias, sí, pero la más útil, al menos en los comienzos ha sido la centrada en el error.
  3. Algo técnico. El sistema cotidiano de toma de información. O sea, parte de mi PTE (Personal Teaching Environment). Al final, después de mucho probar, y a pesar del miedo que da pasar de evaluar productos contra un estándar (examen corregido en comparación con el libro de texto) a procesos (soluciones abiertas, incluir el error como elemento positivo, premiar el trabajo cotidiano), ¡pues no es tan difícil! Me organizo bastante bien generando un mail mandado a mí mismo cada hora de clase. Con la temática, las ideas relevantes, la gentecilla que ha hecho algo muy bueno (excelente) y la que no ha trabajado (que suspende el día) y los flecos pendientes para otro día. Unas pocas líneas en unos pocos segundos recogen bastante bien lo que ha ocurrido. Por tanto, la evaluación de procesos consiste, para el alumnado, en «excelente», «sí», «no» a partir de una meta que se cumple esa misma hora. Que eso esté funcionando significa que las clases están funcionando. Y eso me tranquiliza mucho, porque si los problemas proceden del cambio de mentalidad, cuando se logre todo irá mucho más rodado.
  4. Las metodologías colaborativas en el aula. O sea, otra parte de mi PTE. Sin duda, lo mejor. Los autoapuntes, las representaciones gráficas conceptuales, las ideas enredadas, la caza de ideas… Han funcionado. Y mucho. Ha sido un acierto muy relevante dividir la clase en dos partes, una generadora de información, otra que convierte la información en conocimiento. Es verdad que han tardado más de un mes en pillarle el truco a esta forma de trabajar, pero ahora sí funciona a pleno rendimiento. Con los que quieren trabajar, claro…
    Picos de trabajo
    Fuente: Indica, océanos de contenido
  5. La gestión de los picos de trabajo. Reconozco que esto me agobió, y mucho. Mis cuentas eran sencillas (y erróneas). Una hora y media diara para revisar los portafolios, con media hora en el IES y una hora en mi casa. Siendo muy prudente, a razón de un post cada diez minutos (revisión más comentario), me daba para nueve post diarios. Que es una cifra de lo más razonable y que se puede ir al doble de rápido, realmente. Pero los blogs no han arrancado de lleno hasta finales de noviembre y bien entrado diciembre. Hasta entonces hemos trabajado con Google Docs compartidos que valoraba, sí, pero en privado. Y la gracia de esto es que los procesos del alumnado sean públicos (algo en lo que he variado de opinión 180º). Para que sus compañeros puedan aprender unos de otros (tienen que publicar sobre los mismos contenidos, aunque cada uno genera sus relaciones), aunque llevarlos al blog como portafolio cueste bastante. ¿Y en qué ha consistido la gestión? En no acelerar. Incluso, en ir más despacio. En calma, calidad y constancia. En que cada comentario que deje en el blog abra una vía de trabajo para cada alumno y alumna que lo reciba. Y que sepan que llegaré a su blog. Un día u otro (ahora mismo estoy en el 40% y espero que para final de vacaciones haya revisado el 80%).
  6. El enfoque colaborativo. Que inicialmente no existía y gracias a las ideas de Carmen Cañabate y Ana Gregorio, por un lado,  y Aida Ivars por otro, se ha introducido. ¡Y lo desatasca todo! Para el alumnado es importante ver cómo trabajan sus compañeros y aprender de ello (colaborativo no es necesariamente, producir juntos; es más procesar juntos, creo). Ha sido muy ilusionante ver cómo situaciones de atasco desaparecían con la simple conversación, con el contagio (que no con la copia, no). Dedicar tiempos específicos a que se puedan ver, a que trabajen juntos ha sido el abrelatas que ha desatascado todos los procesos que a mediados de noviembre avanzaban más renqueantes. El enfoque colaborativo es el que ha permitido que, en la última semana de noviembre y en diciembre (es decir, en apenas 15 horas de clase) hayamos avanzado tanto como en septiembre, octubre y parte de noviembre (es decir, en unas 42 horas de clase).
  7. Los resultados de la evaluación. Han sido consonantes con el resto de compañeros. Eso no es algo que de lo que esté contento. Quiero más, mucho más. Pero sí es algo bueno. Porque lo que se obtiene con esta metodología es homologable. Y eso es definitivo en una estructura en la que conviven enfoques didácticos tan dispares. En los que el servicio de inspección no vela por promover las mejores líneas didácticas, sino por admitir todas las que encajen con la legislación (otro día te cuento lo que opino de eso, de cómo se produce legislación para que encaje todo).
  8. Perspectivas de colaboración con otro profesorado. Centradas sobre todo en obtener y compartir información diaria. Y es que mi sistema ha funcionado notablemente. Y es muy fácil de adoptar. Lo cual ha convencido a dos compañeros (matemáticas y lengua) para que comencemos a colaborar a partir de enero en crear una tarea concreta diaria o semanal para el alumnado y obtener información de cómo la hacen.

Lo mejor, por tanto, han sido las emociones, la parte técnica de recogida de información y metodología de aula, la colaboración y la calma. ¡Y la esperanza, que se mantiene intacta! Otro elemento bueno creo que es que ya hay alumnado que comienza a generar productos de buena calidad como consecuencia de procesos de buena calidad. Y eso tranquiliza mucho. Si hay ejemplos de a lo que se puede llegar es que vamos bien, creo.

Y ahora… ¿por dónde? Vamos a ser fieles a la calma y a lo obtenido en la 1ª evaluación. No vamos a ir a cubrir todos los frentes, no. Vamos a aquellos que más rendimiento, más esperanza prometen.

Cooperativo

  1. Ahondar en el uso de los blogs individuales como portafolio competencial; y en la colaboración a partir de ahí. Ya tenemos afinado el proceso de aula; ya tenemos evaluación centrada en el error como valor. Ahora necesitamos evaluación centrada en el acierto (entendiendo por acierto no la acumulación de contenidos, sino su uso competencial). Y también precisamos de que los aciertos se contagien. Por tanto, vamos a construir un blog colectivo que recogerá aquellos post individuales que sean más relevantes. Y ese blog servirá como referente al alumnado que lo desee. Y para las familias.
  2. Insistir en la vertiente participativa de la evaluación. Con más variantes. Se mantiene la inicial, en la que el alumnado (con sus familias, si así lo desean estas) propone preguntas de enfoque competencial para cada contenido. Pero abrimos dos modalidades más: recontextualización y votación.
    1. En la recontextualización yo propondré una situación y el alumnado buscará cómo aplicar el conocimiento adquirido a ella. Esa situación será tan simple como «Está lloviendo» o tan compleja como «Eres asesor de un grupo inmobiliario que quiere construir en una zona protegida que a ti te gusta. Pero ellos son los que pagan tu sueldo. Y te piden cómo convencer a la administración de que deben recalificar los terrenos» (no os preocupéis, esta situación la reservo para cuando lleguen a 3ºy 4º ESO, aún están en 1º y 2º ESO, jejejeje…).
    2. la votación, si un alumno o alumna logra que algún post suyo sea elegido como bueno por otros cinco, si logra comentarios de ellos, si logra influirles en cómo han trabajado algún contenido, pasamos a fase de entrevista, en la que ese alumno o alumna explicará en cuatro minutos su post. Y tres de los cinco votantes, también en cuatro minutos. Si los cuatro superan la entrevista, aprueban los seis, el votado y los votantes (ese contenido).
  3. Ahondar en el contacto frecuente con las familias. Aprovechando que los resultados de mi tutoría han sido muy malos, atraer a las familias a una reunión quincenal en la que vean que ciencias naturales, lengua y matemáticas trabajamos juntos. Porque no es lo mismo ir una tarde entera al IES para una materia que para tres, sobre todo si dos de esas tres son matemáticas y lengua.

Por cierto. No sé si te has fijado. No he dicho nada del libro de texto. Apenas. Es que no lo hemos usado. Estaba ahí, ¿eh? Lo tenían a su disposición. Cada uno el suyo. Pero apenas ha sido relevante. No comparado conmigo como fuente de información. Ni comparado con internet. Ni, por supuesto, comparado con sus propios compañeros.

El pobre no ha podido competir. Ni perspectivas de que lo haga.

12 respuestas a «Dando la nota en diciembre»

  1. José Luis Castillo Chaves Autor de la entrada

    Se me olvidaba…

    El estado de ánimo del profe. O sea yo. Probablemente lo peor. Demasiado bronco, demasiado áspero, demasiado gruñón. Y a pesar de eso esta gentecilla maravillosa me ha entendido perfectamente. Saben que las intervenciones exageradas, los regaños intensos no responden a malestar ni desahogo, sino a preocupación, a urgencia por ayudarles.

    Menos mal que están ellos y ellas, y otra gente más, para recordarme que esto es lento, que se cuece despacio, y que la calma y la risa son algo prioritario.

    Mis disculpas y mi agradecimiento.

    Responder
  2. Pingback: Tweets that mention El balance de este trimestre con lo bueno y lo malo #EABE11 Advierto: 2750 palabras... No sé... :| -- Topsy.com

  3. Aitor Lázpita

    Enhorabuena, José Luis. Por tu trabajo y por tu forma de contarlo. Tus 2750 palabras se leen de un tirón y reclaman varias relecturas. Nada de «tocho». Tus palabras suenan tan honestas y pasionales que el post resulta incluso corto ;-))
    No sabes cuánto me gusta ir siguiendo tu trabajo. Trabajar solo es, desde luego, frustrante, pero dar testimonio de ese trabajo abre el camino para los que queremos ir detrás.
    Muchas de las cosas que cuentas me suenan mucho, las he vivido de forma muy parecida a la que tu cuentas. También pienso ahondar en este trimestre que viene en el trabajo colaborativo, creo que hasta ahora me ha dado miedo por falta de experiencia. Quiero que tomen más responsabilidad en su trabajo y aprendan (y de paso aprendo yo) a colaborar.
    He estado curioseando en los blogs de tus alumnos y esa es la mejor prueba de que tu trabajo da sus frutos. Hay posts realmente buenos (la relación entre un estornudo y una erupción es de lo más literario, me ha encantado).
    Gracias por compartir todo esto. De verdad.

    Responder
  4. José Luis Castillo Chaves Autor de la entrada

    ¡Hola!

    Yo creo que esa es la mejor prueba de trabajo real, que lo que contamos nos suena mutuamente. Lo que tú decías de que tu alumnado te indicaba que «te explicabas demasiado» también lo comparto. Si nos pasan cosas parecidas es que vamos por caminos parecidos.

    Lo de solo… No tanto, ya no tanto. El primer trimestre sí que ha sido solitario, sí. Pero empieza a haber gente con la que colaborar, aunque sea incipientemente. El segundo trimestre pinta mejor, mucho mejor.

    Lo de generar dinámicas colaborativas es lo que llevaba peor. Por desconocimiento. Al principio porque muchas de ellas están centradas en productos compartidos, y no tanto en procesos. Pero desde que me di cuenta de eso se desatascó mucho del problema. No está resultando, al final, tan complicado.

    Lo realmente importante es que sintamos cercanía y apoyo haciendo esto. Contar contigo como compañero de viaje, aunque sea a kilómetros me sirve mucho. Más de lo que imaginas. En las clases pienso frecuentemente en la peña de Motril. 🙂

    ¡Un saludo!

    Responder
  5. Daniel Sánchez

    Pues ¿ qué decirte ? Que lo estás bordando. Tus reflexiones sobre el proceso que desarrolláis son un documento de enorme valor para el resto de la comunidad esucativa.
    Por otro lado decirte que la calma es la mejor amiga y que hay que ir poco a poco para garantizar éxitos a medio y largo plazo. Ya he visto como en poco tiempo habéis dado un salto que se resistía. Pero esto es así.
    Mi enhorabuena, sigue por ese camino, explora y nos lo cuentas, que sabes hacerlo muy bien.
    Espero que nos veamos para charlar sobre la experiencia.
    Salud

    Responder
  6. Juanjo

    José Luis, darte la enhorabuena por tu trabajo. Y animarte a que sigas compartiendo tus buenas experiencias, aunque los resultados no lleguen tan pronto como se desean. Cuando uno lee algo que comparte y se identifica con las maneras de hacerlo, se hace muy cortito y quedan ganas de más.
    Si pudieramos entre todos hacer ver y comunicar, con la claridad de ideas como lo haces tu, que el cambio real está en «explora-selecciona-relaciona-piensa-cuenta», estaríamos en la línea de lo que deseamos los «satisfechos» y la enseñanza tiene que coger este rumbo. En eso estamos, montando a la gente en este barco.
    Veo que no descansas ni en vacaciones, ánimo y que sigas con esa lucidez.

    Un abrazo

    Responder
  7. Carmenca

    Todo un tratado estas 2750 palabras (me lo voy a creer porque no me veo con fuerzas de contarlas), aunque leerlas me ha resultado de lo más ameno y además parecía que estaba cámara en mano en tu clase observando estas «investigaciones» en las que andas metido.
    Has comenzado un camino difícil, y tú eres consciente de ello, difícil sobre todo, porque el alumnado no está preparado para pedirle cosas diferentes, sin embargo, has conseguido avances que como tú bien dices han ido lentos, pero creo que ya empiezas a atisbar que el progreso no va a tener esa misma velocidad siempre, sino que una vez han despegado apartir de ahora van a ir mucho más rápido.
    Aún te debemos la revisión del vídeo, aunque tu análisis es fantástico y creo que ya analizas bastantes aspectos.
    Ten en cuenta que aunque a ti te parezca lento, están aprendiendo otras muchas cosas que en una clase «normal» de ciencias no aprenderían.
    Te vuelvo a animar a que pruebes con el trabajo «en parejas» y sobre todo a que desconectes y descanses que te lo mereces.

    Responder
  8. Diego Ojeda

    Bueno, no era tan largo el post… En cualquier caso, yo lo resumo aun más: lo negativo: tener que atravesar los desiertos en solitario o gastar tanta energía en buscar compañía para esa ‘travesía del desierto’ que debiera ser incuestionablemente una enorme caravana. En el lado positivo, por supuesto, las relaciones personales, lo afectivo, el recuerdo que seguro va a quedar por mucho tiempo de ‘aquel maestro al que le importábamos’. Por lo demás, tranqui, yo creo que el problema del cambio metodológico es creérselo, y el éxito es empezar a trabajar de otra forma, así que tú ya estás donde hay que estar. Y sigue compartiendo tus cosas (hasta 3000 palabras por trimestre se pueden sobrellevar :-P) y aquer algunos estamos solo a un desierto de distancia y necesitamos ir vislumbrando el camino, los oasis, las dunas, las tormentas de arena…
    Thanks for sharing!
    D.

    Responder
  9. Manuel Rubia

    Gracias Jose Luis por tu transparencia, por abrir tus aulas, por tus reflexiones, por compartir, por mostrar el trabajo de tu alumnado, por practicar el blogueo abierto, por la sinceridad del post, por el camino realizado, por tener siempre prevista la mejora para el futuro, por resaltar tanto lo bueno como lo malo, por invitarnos a pensar, por no ocultar tus estados de ánimo, por implicar a familias y alumnado en el proceso, por el derroche de ilusión, por no tener miedo a innovar, por autoevaluarte….. y por la gracia que tienes al contarlo 😉 ….creo que la cosa esta de la educación mejoraría bastante si extendiésemos la transparencia e hiciésemos muchos blogsjoseluisstyle!!!!!!!!

    Responder
  10. Aida Ivars

    Qué bueno encontrar transparencia y vocación cada vez que entro en tu blog. Le comentaba a @asarbach que vuestros blogs me gusta leerlos despacio, porque encuentro muchas ideas que debo madurar, sensaciones que encontrar, …pero coincido con todos los comentarios: este artículo se lee del tirón. Es una reflexión muy profunda, y a la vez muy trabajada. Con la suerte de haberte seguido la pista entiendo tus palabras, y me gusta leerlas.

    Cuando te leía pensaba: yo también quiero más, tampoco me conformo con unos resultados esperables con otras metodologías no colaborativas. Pero quizá sea que nos equivocamos de enfoque: los aprendizajes que hacen tus alumnos son más profundos, aunque esto no suponga ponerles mejores notas. Eres más exigente, porque tu forma de trabajar lo es, y de ahí las medias. Recuerdo que Carlos Morales comentaba algo parecido cuando explicaba su forma de trabajar por proyectos. Sus alumnos habían aprendido muchas más cosas que con la enseñanza tradicional, pero las notas eran más o menos las mismas. Se les piden y valoran capacidades, y esto lleva más trabajo para alumnos y profesor, pero no tiene porqué reflejarse directamente ni rápidamente en las calificaciones. Sin embargo, lo aprendido se lo llevan tus alumnos consigo, y lo podrán aplicar cuando lo necesiten, quizá en otras asignaturas, en las que sacarán mejores notas. Tú les habrás abonado el terreno, es algo con lo que tenemos que contar siempre: en educación tenemos nuestro propio principio de incertidumbre: cuanto más definimos la evaluación y la calificación, peor reflejamos la importancia de los aprendizajes de nuestros alumnos, y viceversa. (Creo no me voy demasiado lejos de la realidad) A pesar de todo, yo me encuentro redefiniendo continuamente los parámetros con los que evaluar. Es una espiral sin fin, que además gira. Para mi ha sido un descubrimiento la información que he encontrado en bie.org sobre cómo evaluar competencias (los 21stcenturyskills.org), y en algunas webquest también encuentro alguna que otra rúbrica interesante, pero precisamente porque apuntan maneras, sin definir contornos.

    Mientras te leía me moría de ganas de compartir contigo ideas que ya me habrás leído: ¿Has visto los vídeos del BIE? ¿Qué te parece el PBL? Yo creo que el PBL es esto que tú haces con unas vueltas más de tuerca. Es distinto, pero muy compatible con tu trabajo, porque comparte tu misma filosofía. (Y si me equivocara, dímelo porque me sorprenderá y me interesará saberlo.) Me muero por saber tu oponión y todavía no te he leído al respecto. Así que aprovecho este artículo para provocar respuesta.

    Me hubiera gustado estar en #granaBFY10 y poder charlar contigo de este y otros temas, pero tendré que hacerme esa cervecita con vosotros en la próxima. Aprovecho para felicitarte el año nuevo, y desearte que sigas tan activo y compartiendo tus experiencias con nosotros como hasta ahora en este magnífico blog. (Bueno, eso es un deseo recíproco, porque será una delicia para mi). Un abrazo.

    Responder
  11. balhisay

    2750 palabras son una ‘jartá’ de palabras pero se leen sin problema cuando tras ellas hay material tan útil y honesto como el que habitualmente encuentro en tu blog.

    Sobre el punto 6 de ‘lo bueno’ [el enfoque colaborativo] me gustaría añadir el valor del aprendizaje informal expresado de una forma tan evidente y sencilla que literalmente le pasa a uno (y a sus espectativas sobre el aprendizaje) por encima.

    Y aunque te empeñas en decir lo lento y lo poco que has avanzado, creo que deberías volver a releer el punto 8 de ese mismo listado y valorar si en tan solo tres meses has sido capaz de contagiar a 2 compañeros, que puede ocurrir de aquí a final de curso. Cuando no dejamos de hablar del cambio necesario en el sistema educativo deberíamos dirigir más la vista hacia los pequeños avances en nuestro entorno que son capaces de contagiar de entusiamos e interés a los que están más cerca en lugar de mirar tanto hacia las direcciones generales o las delegaciones provinciales. «Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo» decía Arquímedes y yo creo que tu has dado con tu propio punto de apoyo para mover el mundo educativo (has logrado implicar a compañeros de claustro, padres/madres y a tu alumnado, ¿se puede pedir más?).

    Seguir andando y contando el camino que haces es parte del cambio necesario que necesitamos, y como dice Daniel ¡lo haces tan bien! 🙂

    Un abrazo y Feliz Año Nuevo.

    Responder

Deja un comentario si lo deseas. ¡Y gracias por leer! :)

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.