Hay una larga tradición de artículos científicos claves que son rechazados por las revistas para su publicación. La raíz está en el conservadurismo y, muchas veces en los celos o en la ineptitud que se ponen en juego con el sistema de revisión “inter pares”. No vendría mal una reflexión acerca de ellos. Ejemplos, los premios Nobel de 2003 (concedido a Paul Lauterbur y Peter Mansfield por un artículo publicado 30 años antes, sobre obtención de imágenes útiles para diagnóstico médico mediante resonancia magnética) tuvieron enormes dificultades para que Nature, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo, publicara sus descubrimientos. El propio Krebs, un gran genio de la bioquímica, vio rechazada la publicación de una ruta metabólica que hoy lleva su nombre y que es pieza fundamental en la forma en que las células obtienen energía. Las revistas actúan como censores y administradores del principal capital de un científico: su prestigio. El prestigio le lleva a intentar hacer cosas correctas, pero también a intentar evitar que otros las hagan, puesto que es un valor comparativo. Así, muchos de los que revisan artículos de otros los rechazan por prejuicios, por celos, por incapacidad para comprender, etc.
Tiene su cruz. Aunque también su cara. La inmensa, inmensa, inmensa, inmensa mayoría de las veces los artículos rechazados lo son por malos, o por muy malos.
Sin embargo, es evidente que el sistema es mejorable. En ese sentido, una propuesta interesante consiste en publicar, en internet, los artículos rechazados y las razones que han llevado a ello (pero sin revelar el nombre de los evaluadores para evitar rencillas o favores personales). Lo que ha escrito Juan Miguel Campanario al respecto es muy interesante.
La aparición de una revista científica de prestigio en internet, y totalmente abierta al público, como es PLoS, también parece ser un gran paso en esa línea. El spot publicitario de PLoS lo resume bastante bien. A mí me hizo gracia.
Sobre esto la anecdota creo yo mas famosa, es la del calculo infinetesimal de Leibniz. Espera,¿El calculo infinetesimal no lo descubrió Newton? Si y no. Vereis, ambos estaban trabajando en ello. Leibniz hizo sus descubrimientos un poco antes y los tenia fechados, pero a la espera de publicar. Newton lo terminó mas tarde, pero consiguió publicar antes. ¿Qué pasó cuando Leibniz publicó? Follón del quince.
Se acusaron de plagio mutuamente y a pesar de que Leibniz tenía pruebas de que él lo había descubierto antes, perdió y el nombre que pasó a la historia por ser el descubridor del cálculo infinetesimal fue Newton. ¿Por qué si Leibniz lo descubrió antes? Muy facil, Newton era Catedrático de Matemáticas en una universidad inglesa y Leibniz era un tipo que iba de aquí para allá hablando sobre unas «mónadas». ¿Quién lo iba a tomar en serio? Creo que esta pequeña anécdota refuerza lo que ha dicho JL, el mundo científico se mueve por influencias.
salu2
Nota: Esto me lo contó un filósofo, no se hasta que punto es verídico, si alguien encuentra una confirmación o una refutación, espero un comentario por aquí^^.
El papel de las revistas científicas es desde luego clave en el avance y la difusión del conocimiento científico. A quien pueda interesarle, dejo un enlace a una web que publica traducciones al español (de calidad desigual) de artículos de revistas médicas.