Cargarse el cuarto lago del mundo ‘pá ná’

En el caso de mis alumnos, creo que lo mejor que les ha aportado este blog no es lo que yo escriba. Es que de pronto se han encontrado que tienen varios profesores. Y que cada uno les da algo más, les amplía la capacidad de aprender. En este caso es Sergio Mestre el que cuenta, en el blog del IES Politècnic de Castelló de la Plana, sobre el Mar de Aral, el que fue el cuarto lago del mundo. Fue, porque ahora no es ni el décimo (creo). Fue, porque ahora son dos lagos, incluso tres en las peores épocas. Si quieres saber por qué, mira su blog. Y no te pierdas el vídeo que ha seleccionado. No es que sea precioso (aunque estéticamente es muy bonito, no puede ser precioso, tratándose de la sustitución de un ecosistema húmedo por otro árido). Pero es muy emotivo y muy clarificador. No te lo pierdas, por favor.

Mengua del Mar de Aral

Me he pasado por Google Earth escribiendo en «Volar a…» estas coordenadas: «44.53 59.05» (sin las comillas; y luego te digo por qué esas coordenadas en concreto). Y me he situado a 1.000 Km de altura. Se puede apreciar, al sur, toda la extensión cultivada, que se corresponde con la cuenca de uno de los dos ríos tributarios, el Amu. ¿A que parece que el lago está bien?. Baja a 10 Km de altura. Observarás que hay un contacto en Google Earth entre fotos más antiguas y otras más modernas. Las más modernas (a la fecha de este post) están al norte y son del 17 de agosto de 2006. Verás que no hay agua. Nada de agua. Nada de nada. Sólo el fondo seco del lago desnudo. Vuela un ratito por los bordes de contacto que esa foto más actualizada tiene con las imágenes más antiguas.

También he mirado en otros sitios para ver qué cuentan del Mar de Aral. Y he encontrado uno que indica, con rotuntidad, cuáles han sido los resultados de todo el proceso para las poblaciones. Para las poblaciones humanas, para las poblaciones del ecosistema. Y para la economía.

Y también he mirado el artículo de Investigación y Ciencia al que se refiere Sergio en su post. En el que me ha llamado la atención un hecho. Resulta que el Mar de Aral ha perdido volumen de agua a causa, sobre todo, del regadío. Y resulta que al perder volumen, su fondo aflora en grandes extensiones (las partes más someras del lago se desecan). Con lo cual, los sedimentos acumulados durante siglos quedan expuestos. Y la sal que el lago tenía está ahora en ese mismo suelo, sobre esos mismos sedimentos. Por otro lado, aquella es una zona de fuertes vientos. Un lago como ese es un ecosistema cerrado, que acumula, en sus sedimentos, todos los contaminantes que durante décadas le han vertido las poblaciones que rodeaban la masa de agua.

Fondo del Mar de Aral

¿Casas todos los hechos? El viento está arrancando material de los sedimentos, el cual está contaminado y tiene sal, y el cual está contaminando y salinizando todos los sitios a los que el viento lleva ese polvo. Hasta 500 Km alrededor de las antiguas márgenes del Mar de Aral. Contamina y enferma a la gente. Y también contamina y enferma a los cultivos. Los mismos que consumen el agua que no llega al lago.

O sea. Hemos quitado agua para cultivar. Pero al quitar el agua, la erosión de los sedimentos perjudica a esos mismos cultivos.

Ese es el problema siempre. No comprender que más es menos. Que sobrepasado un punto, puede que ganes más de algo, pero que, a cambio, pierdas mucho de otros algo. Tanto que esas otras pérdidas te hacen que no merezca la pena la ganancia que lograste.

Hay un óptimo y hay un máximo para las cosas. No tienen por qué ser lo mismo.

En el Mar de Aral no lo son.

¿Por qué suceden estas cosas? Entre otras cosas, es un problema de contabilidad, como te contaba en «Hace mucho tiempo«.

Y que conste que este post se lo dedico a Javier Calleja, que me lo sugirió.

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