Continúo contándote la nueva visión del cáncer, complementaria con la clásica, que te decía ayer.
En ella, cobra importancia la aneuploidía. Es decir, la variación en el número de cromosomas. Normalmente, nosotros somos diploides. Es decir, dos cromosomas del mismo tipo. Uno de papá, uno de mamá. Como tenemos 23 tipos, tenemos 23 parejas. Del 1, uno de papá, uno de mamá. Del 2, uno de papá, uno de mamá. Del 3, uno de papá… Y así. En la aneuploidía eso cambia. Hay cromosomas de más, o de menos. Porque se rompen, se fusionan, etc.
Hay una serie de características en el cáncer que llaman la atención, y que se pueden explicar de diferentes modos. Yo te voy a aportar la visión nueva, distinta, pero complementaria, como ya te decía, de Peter Duesberg. No es el enfoque definitivo, pero tiene probabilidades de aportar bastante a la ciencia, de hacerla avanzar. Gracias a mucho trabajo. Aunque el que lo ha elaborado, Duesberg, esté profundamente desacertado en otro campo (dice que el sida no lo produce el VIH). Y es que el gran problema del cáncer no es curarlo, es entenderlo. Para eso, para entenderlo, hacen falta buenas ideas, independientemente de que procedan de alguien que las haya tenido malas en otros campos de la ciencia.
Son cuatro las características del cáncer que te quiero comentar, y son estas.
- El riesgo de la enfermedad aumenta con la edad y es bajo al principio.
- Muchos carcinógenos que no provocan mutaciones en los genes sí que inducen aneuploidía.
- Hay diversos modelos de aneuploidía.
- Las células cancerosas se transforman más rápido que los genes.
Te las comento una a una. Pero te recuerdo que se trata de una visión aún no demostrada, aunque prometedora.
El cáncer es, esencialmente, una enfermedad de ancianos. Aunque existan casos en niños, en jóvenes, en adultos no ancianos, el cáncer sucede, con mayor frecuencia en personas mayores. La teoría actual del origen del cáncer propone que hay defectos en genes supresores o en protooncogenes, pero el cáncer sólo surge de su acumulación. Entonces, debería ser más frecuente en niños y jóvenes, porque las mutaciones individuales que lo activan, como por sí solas no actúan, no producirían selección en contra y se harían más frecuentes, pasando de padres a hijos. Y entonces, la velocidad de mutación debería ser mayor que la real, que es de una por cada 10 millones de células. Además, una excepción a la ancianidad del cáncer es el síndrome de Down, individuos con aneuplodía en los que, además de los problemas inherentes a su desarrollo intelectual, algunos tumores son más frecuentes que en la población diploide (otros, sorprendentemente, son muy escasos, lo cual contradice que la visión de Peter Duesberg sea completa).
Hay carcinógenos (sustancias que producen cáncer) que no actúan alterando los genes, no producen mutaciones en la secuencia del ADN. Y que, además, actúan en concentraciones mucho menores que otros carcinógenos que sí las provocan. Se trata de alquitrán, amianto, níquel, arsénico, plomo, dioxinas, etc. Todos ellos actúan como aneuploidógenos (palabreja rara que sólo quiere decir que provocan cambios en el número de cromosomas, aumentándolo o disminuyéndolo). Y lo suelen hacer dañando los microtúbulos, que son la proteína, la herramienta, que tiene la célula para separar cromosomas correctamente durante la mitosis.
Si la aneuploidía fuera un efecto secundaria del cáncer resultarían muchas clases de ella. Pero, por contra, se observan patrones característicos, modelos de aneuploidía que se repiten en los mismos tipos de tumor. Hay, pues, algún tipo de asociación entre qué aneuploidía sucede y qué cáncer se padece. Incluso, algunas aneuploidías tienen valor diagnóstico, prediciendo qué capacidad invasiva tiene el tumor, cómo de avanzado está, cómo responderá a la medicación.
Las células cancerosas producen fenotipos nuevos y pierden los viejos con una pasmosa velocidad. Lo cual contrasta con la velocidad de mutación en ellas, que, realmente, no se acelera. Hay cambios en el cariotipo (en el conjunto de los cromosomas) cada 100 generaciones de células. Algunos de esos cambios confieren resistencia a fármacos y suceden cada 1.000 o 10.000 divisiones. Y los cambios se aceleran más cuanta mayor aneuploidía hay. Esto explicaría la invididualidad del cáncer mejor que la teoría de genes supresores y oncogenes, en la que los tumores se tendrían que parecer más entre sí.
Como puedes ver, según la visión de Duesberg, el cáncer sería un conflicto entre genomas. Entre el mayoritario, diploide y ordenado, y el nuevo, aneuploide y desordenado, con tal generación espontánea y sin control de diversidad que termina destruyendo al conjunto. El enfoque de Duesberg plantea que el exceso de diversidad es perjudicial para los seres pluricelulares.
Es un enfoque interesante que está siendo investigado por múltiples equipos, aunque aún falta mucho para verificar que es correcto, aunque sea parcialmente. Pero indicios, tiene a su favor. Por eso está siendo investigado. Porque los científicos no son tontos y prefieren ocuparse de lo que tiene expectativas de éxito. Y abandonar líneas estériles, menos prometedoras.
Todo esto lo aprendí en el número de julio de 2007 de Investigación y Ciencia.
Hola soy estudiante de agronomia en la Universidad Nacional de Cordoba en Argentina, llegue a tu blog por casualidad, ya que estaba buscando la variacion del albedo cuando se modifica el angulo de incidencia… bueno la respuesta fue mas clara de lo que crei que iba a encontrar. Pero senti curiosidada por la persona que habia la escrito. Asi fue como termine leyendo este articulo que apesar de que mi entendimiento en quimica biologica y genetica todavia es basico, pude comprenderlo (creo)… se muy poco del cancer, pero si se que las personas lo padecen casi sin explicacion, por lo que todas las investigaciones para su entendimiento y posterior tratamiento y cura son validos.
Bueno, me gustaria saber si ademas eres profesor y donde has estudiado, por lo que señala tu pagina estas muy interesado en las ciencias biologicas… yo igual… pero lo mio son mas dudas que otra cosa. Y si toda la informacion tuya sale en el blog…. perdon por preguntarlo pero no he navegado mucho´por el sito 🙂
En fin, gracias por contestar mi pregunta (aunque no lo supieras) y felicitaciones por tal interpretacion del articulo del cancer.
Saludos Tania.
¡Hola!
Pues sí, soy profesor de instituto en España. De enseñanza media. Pero también soy lector. Y juerguista con mis amigos. Juerga moderada, ¿eh? De la que acaba en conversación trascendente de las que arreglan el mundo, pero en la que surgen ideas interesantes. Y es que tengo amigos interesantes. De ahí, de esos tres sitios, de las clases, de lo que leo y de lo que hablo y escucho, saco ideas. Y el blog me está sirviendo para ordenarlas (más o menos), estructurarlas, repensarlas. Estudié Biología en Granada (mi otra ciudad, junto con Almería, donde nací). Allí me hice más mayor. Allí disfruté mucho y aprendí mucho. Allí me surgieron muchas dudas y ganas de responderlas. Como a ti. Algunas las tengo más o menos claras. Otras todavía no. Y otras, responderlas me ha llevado a nuevas dudas. No he puesto demasiada información personal porque un blog es un sitio en el que el que lo redacta se queda muy expuesto a las miradas de otros. Y da un poco de… vergüenza. Pero a través de lo que escribo, mis amigos dicen que se me ve con claridad. Mª Isabel, una muy buena amiga mía, aunque en la distancia (cosas de los puestos de trabajo) me dijo que el blog era «muy yo». Así que pensé que tampoco hacían falta muchos datos personales.
Pero tengo que reconocer que que alguien se interese por la persona me encanta. Hoy me has hecho feliz, que lo sepas.
Un placer tenerte en el blog el ratito. Un saludo con mucho cariño (es curioso sentir cariño por unos ojos que no ves, pero es real). Pregunta lo que quieras y, si puedo, en función del tiempo que tenga, trataré de responder.
Aún no conozco Córdoba, la Córdoba del hemisferio sur. Pero está en la lista. Ya estuve en Buenos Aires, en Calafate y en Bariloche. Y desde entonces sueño con Argentina. ¡Qué grande! ¡Qué preciosidad! Disfrutad de vuestro país, que es algo impresionante.
que lo provoca al cáncer ?
¡Hola!
Uf… Es complicado. ¡Hay tantas cosas que pueden producir cáncer…! Casi que vivir, oye… Cualquier cosa que produzca una avería en alguna de las partes de los finos y complejos programas de control que hacen que una célula prolifere al margen de las necesidades del organismo. Desde un rayo de sol a una bocanada de oxígeno, pasando por todas y cada una de las múltiples moléculas químicas, naturales o artificiales que nos rodean. Unas más, otras menos, otras muy, muy, muy poco. Pero todas algo.
Tenemos cáncer porque tenemos que controlar cuánto se dividen nuestras células a fin de mantener la simetría exterior y el orden interior. Tenemos cáncer porque somos como somos. ¿Sabes cómo se llama una proliferación de células descontrolada en un vegetal? Una rama…
¡Un saludo!
¡Un saludo!
Reflexión en el Día Internacional del cáncer infantil:
http://www.generaccion.com/magazine/articulos/?id=1000