Calculando riesgos, pero no a ojo

Efectivamente, nuestra vida está hecha de riesgo. Y de miedo a él. Pero, es curioso, los solemos percibir de modo diferente. Resulta que si el riesgo es cotidiano suele resultarnos más aceptable que si es esporádico. Como si exponernos nos vacunara. Y solemos tener más miedo hacia situaciones que se producen rara vez o nunca. Una persona percibe que un riesgo voluntario es menor que otro no voluntario, y que un riesgo controlable es menor que otro incontrolable. Nuestra experiencia previa también influye y, como consecuencia, diferentes personas perciben el riesgo de modos distintos.

La mayoría de nuestros miedos nunca se cumplen, y lo que nos mata o daña  o arruina suele ser algo que no tememos tanto. De ahí que intentemos, como siempre hace la ciencia, crear conocimiento objetivo alrededor del riesgos. Porque nuestra percepción no es una buena guía.

El riesgo está hecho de componentes que se pueden calcular. Fundamentalmente tres:

  • Peligrosidad. Que consiste en la probabilidad de que algo ocurra en función de las series temporales históricas. Y qué severidad corresponde a cada probabilidad. Porque las tormentas débiles son mucho más frecuentes que las tormentas fuertes. En general esto no lo podemos modificar. Aunque en realidad, sí. Estamos provocando un cambio global en el que el clima, pero muchos otros parámetros planetarios, están siendo alterados. Hay riesgos que están cambiando tanto probabilidad como severidad.
  • Exposición. Que es el inventario de bienes y personas que pueden ser potencialmente afectados por el riesgo. Indica todo lo que se puede perder. Podemos intervenir con la gestión de territorio, planificando qué actividades tendrán lugar en qué sitios o en qué sitios no, cuándo o cuándo no.
  • Vulnerabilidad. Que asocia qué de lo que se posee se puede perder para un riesgo con una peligrosidad concreta. Porque pueden existir medidas que protejan o prevengan, y entonces, aunque haya mucha peligrosidad y exposición, gracias a ellas rebajaríamos la vulnerabilidad. Esas medidas son muy diversas y varían desde un muro de contención a asegurar la cosecha con una empresa aseguradora.
Una manera de calcular los riesgos sería multiplicar todos esos factores.
R = P x E x V
En función de los resultados obtenidos, podemos tomar decisiones. Este enfoque se puede aplicar a todos los riesgos, sea cual sea su origen.
Fuente: Desastre

¿Podrías estimar la peligrosidad, exposición y vulnerabilidad de esta situación?

%CODE1%

2 respuestas a «Calculando riesgos, pero no a ojo»

Deja un comentario si lo deseas. ¡Y gracias por leer! :)

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.