¿Qué es eso de tardígrado? ¿Un insulto? Noooo. Es un phylum.
¿Y eso de phylum? Bueno, si digo categoría taxonómica tampoco aclaro mucho. Un phylum no es sólo una categoría taxonómica. Es un diseño de ser vivo distinto a otros diseños. Es una de las categorías taxonómicas superiores (más alejada de especie). Por tanto, ser tadígrado es una manera de ser animal diferente de la de otros.
Tan diferente que puede vivir en lugares tan elevados como 6.000 m de altura en el Himalaya y tan profundos como 4.000 m de profundidad en las trincheras marinas. Nigún otro phylum tiene un rango vital tan amplio. Y llama la atención eso todavía más cuando te das cuenta que se trata de un bichito sencillo, de no más que 1,2 mm de largo (y no menos de 0,1 mm). Un bichito en el que todos los individuos de la misma especie son tan parecidos que tienen el mismo número de células. Y me refiero al mismo. Se trata de un diseño muy básico, sin circulatorio (no lo necesita), sin respiratorio (no lo necesita), sin excretor (no lo necesita). Eso sí, cuenta con un excelente sistema para sorber el jugo de células. Y esa parece una de las claves de su éxito: comer algo muy abundante. ¿Que qué? ¡¡¡Pues células!!! Bajo la forma de algas. Y de bacterias. Incluso de otros pequeños (menores que ellos) animales. Pero células al fin y al cabo. O mejor dicho, se las beben. No deberían llamarse ni «osos de agua» ni «pasos lentos» (que eso es lo que significa tardígrado). Deberían llamarse «bebedores de células». Si hay alguien que sepa latín, y me puede decir cómo resultaría esa expresión, me encantaría.
Pero no es la única arma con la que cuentan. Son capaces de desecarse. Tanto como para reducir su contenido de agua total al 3%. ¡Eso es poquísimo! Ten en cuenta que, normalmente, el 85% del tardígrado es agua. ¿Desecarse para qué? ¡Eso es malo, no? Pues sí y no. Y es que cuando pierdes agua no puedes ejecutar las reacciones bioquímicas que mantienen la vida. Y eso es malo. Pero tampoco te puedes descomponer, pudrir. Y eso es bueno.
¿Has visto la comida desecada lo que dura? Jamón, p.ej. Pues en estado de desecación el tardígrado dura mucho. Muchísimo. Y aguanta mucho. Muchísimo. Aguanta sin aire, aguanta frío del de verdad, aguanta calor del de verdad. Un tardígrado es vida aferrándose a la vida.
Aferrándose tanto como acaban de descubrir el equipo de K. Ingemar Jönsson, que expusieron a tardígrados a las condiciones del espacio exterior. Sin aire, con radiación ultravioleta, con vacío. Y, tras 10 días, habia tardígrados vivos. Eso sí, duraron poco. Sólo unos pocos días. Parece que la radiación ultravioleta fue lo que más les dañó. Pero fueron capaces de dejar descendencia sana antes de morir, a los pocos días de rehidratarlos, de volverlos a la vida. Eso deja todavía un campo abierto para un experimento más. Diversas formas de rehidratarlos pueden tener más o menos éxito. Descubrir cuál es la manera más eficiente, con la que la supervivencia es mayor, puede tener relevancia médica. Porque, al fin y al cabo, un tardígrado es células. Como las nuestras.
Ese estado, de vida aplazada, de metabolismo suspendido, se le llama criptobiosis. Desde luego, los tardígrados son lo más parecido a una bacteria entre los animales.
¿Saber esto sirve para algo? Es posible ¿Quién lo puede decir, o afirmar lo contrario? Es posible que creas que con tanta hambre y miseria en el mundo, investigar los tardígrados es una frivolidad. Sólo puedo ponerte un ejemplo, recordarte que lo esencial de internet nació en el CERN, el mismo organismo del que depende el acelerador de partículas. Durante mucho tiempo se ha discutido para qué sirve acelerar trocitos de átomos y hacerlos chocar. Bueno, no sé si servirá para arreglar el hambre en el mundo. ¡Ojalá que sí! Pero desde luego ha servido para producir un internet viable para ti y para mí. Que nos permite ver con más claridad el mapa del hambre, de la injusticia, del sufrimiento.
Si algo sabemos de lo que aprendemos es que no tenemos ni idea de a dónde nos puede llevar.
Por eso queremos seguir sabiendo. Por si acaso.
Y porque saber no es incompatible saber con luchar contra el hambre. De hecho, saber más de lo que sea puede facilitar ese objetivo.
No es cuestión de qué campo tenga utilidad inmediata. Es cuestión de que los que investigan tengan hacer el bien en mente. Seguro que, entonces, surgen las chispas.
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La comunidad científica está dedicando ingentes esfuerzos a tratar de entender qué es lo que hace a los tardígrados tan resistentes a todo tipo de condiciones adversas.
Estas investigaciones han dado ya algún fruto puesto que han permitido desarrollar las llamadas vacunas secas, que no requieren refrigeración y pueden almacenarse a temperatura ambiente en los países en vías de desarrollo.