Y es que las membranas son la interfaz entre lo vivo y lo no vivo. Me gustaría que pensases en cosas que haces, cosas que te pasan. Y que encuentres relación con ellas. ¿Qué relación existirá entre la sed y las membranas? ¿Y con el hambre? ¿Y con el pensamiento, las emociones, la memoria? ¿Hay enfermedades que suceden porque algo va mal en las membranas? Y más, más, muchas más preguntas…
Pero esa interfaz es muy, muy, muy estrechita. Apenas 3-4 nm. Apenas 3 ó 4 millonésimas partes de un milímetro… Eso es lo que separa al citoplasma, el escenario de la vida, del medio exterior, inerte. Ese límite mantiene dentro unas condiciones de concentración y de carga distintas; un desequilibrio entre dentro y fuera. Y, recuerda, el desequilibrio puede generar energía, el equilibrio es la muerte.
Yo te dejo algunas ideas. Tú verás que haces con ellas… Tú verás cómo relacionas estas ideas, en qué contextos serían relevantes, qué decisiones te podrían ayudar a tomar, qué problemas podrías resolver, a qué personas podría interesar conocerlas para darles qué uso; incluso qué empresa que vendiera qué producto querría saber de esto; o, por último, pero no menos importante, que tipo de gestor público tendría que saber de esto para dar mejor servicio a la población.
– Todo organismo vivo tiene membranas. Y con ellas controla el intercambio de materia, energía e información con el exterior. Lo consigue regulando el tráfico de moléculas entre fuera y dentro. Incluso puede tener membranas en su interior, dividiéndole en compartimentos, y crear diferencias de materia, energía e información dentro de sí. Al controlar el tráfico de moléculas entre las partes interiores.
– Las membranas están formadas por una doble capa de lípidos, enfrentadas por sus colas apolares y orientadas sus cabezas polares hacia interior y exterior. Y, embebidas en esa trama de lípidos, aparecen proteínas. Que pueden portar, o no, glúcidos. Y las proteínas pueden estar solo en una de las dos caras, la externa o la interna, o atravesar la membrana completa.
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Tomado de Science Direct |
– Las arqueobacterias tienen una estructura algo diferente. sus lípidos son distintos. Incluso, con frecuencia, pero no siempre, no es una bicapa, sino una monocapa. Con lípidos largos que tienen en ambos extremos cabezas apolares. De ese modo logra una estabilidad de la membrana mucho mayor. Que es lo que necesita en situaciones ecológicas como las que caracterizan a las arqueobacterias. Situaciones extremas de temperatura, salinidad, presión.
Lo cual viene también bien para reflexionar, un segundito solo, sobre el superficial parecido entre bacterias y arqueobacterias. Y es que si dos organismos se diferencian en algo tan vital como la membrana, todos los demás parecidos son menores al lado de esa gran diferencia. Todos. Por muchos que sean.
– Si hay varias membranas en la célula (es decir, si es eucariota), pueden variar mucho en su composición de lípidos y proteínas, pero su estructura es similar. Por tanto, las membranas cumplen su función o se adaptan a las condiciones del medio gracias a la dotación de lípidos y proteínas (o incluso glucoproteínas) con las que cuenta. Y si el medio cambia, la dotación de lípidos y proteínas cambia. De lo cual se encarga mediante el tráfico de vesículas que se sintetizan en el Aparato de Golgi.
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